Tres años después de caer contra el Granada en una dramática eliminatoria, el céltico Cristian Bustos (Alicante, 1983) vuelve a vivir un 'play-off' de ascenso a Primera División. Esta vez lo hace con el Sporting de Gijón, donde vive su segunda cesión y con el que seguirá vinculado en caso de subir a la máxima categoría. Tras una temporada complicada en lo personal por una lesión y en lo colectivo por los resultados que derivaron en la destitución de Sandoval, tanto el alicantino como su equipo, que ha sabido reaccionar con Abelardo, llegan en un buen momento a la primera eliminatoria, que empieza el miércoles en Las Palmas.
Finalmente consiguieron meterse en el ‘play-off’ de ascenso tras golear al Tenerife en la última jornada. ¿Cómo están?
Muy contentos. El objetivo desde el principio de Liga era subir, no se ha podido hacer de forma directa pero hemos obtenido la clasificación para el ‘play-off’ y vamos a seguir peleando.
Tras el cambio de entrenador, parece que llegan en un buen momento.
Las dinámicas y la confianza son muy importantes, sobre todo en un ‘play-off’ en el que el estado mental marca mucho. El equipo entró en una mala racha de resultados con el antiguo míster y ahora con Abelardo hemos sabido revertirla. Llegamos en un buen momento y somos bastante optimistas.
Su primer rival será la UD Las Palmas, un equipo plagado de ex jugadores de Primera División.
Sí. Cada uno de los cuatro equipos del ‘play-off’ tiene unas características muy diferentes y de Las Palmas hay que destacar su enorme potencial arriba. De la nada te puede hacer un gol por la calidad que tienen sus jugadores. Tenemos que saber llevar el partido a nuestro terreno porque si jugamos al ritmo que ellos quieren, podemos pasarlo muy mal.
¿Jugar la vuelta en El Molinón es una ventaja?
En estas eliminatorias, jugar la vuelta en casa supone una pequeña ventaja, y más con lo que aprieta nuestra afición. Pero antes tenemos que hacer un buen partido de ida allí para luego solventar la eliminatoria en nuestro campo.
¿Había vivido alguna temporada tan igualada como ésta en Segunda División?
De todos los años que he jugado en esta categoría, ha sido la Segunda más igualada. Todos los equipos estaban en un pañuelo y de cara al espectador creo que ha sido una liga muy bonita. Ha habido una gran revelación como el Eibar, que subió directamente, y el resto se jugaba algo en la última jornada, por arriba o por abajo, exceptuando un par de partidos. Ha sido una Segunda emocionante.
¿Cree que el nivel de la categoría ha bajado o que ha subido el de los equipos de abajo y por eso los primeros han sumado menos?
Quizás este año no ha habido uno, dos o tres equipos de más nivel, que destacaran sobre el resto, como la temporada en la que subimos con el Celta. Pero tampoco creo que haya bajado el nivel o se haya devaluado la categoría. Ha habido igualdad porque los de abajo no han tenido dinámicas tan malas, sino que han luchado hasta el final.
Ahora que va a afrontar otro ‘play-off’, supongo que será inevitable recordar el que jugó con el Celta.
Está claro. En Gijón me preguntan mucho por eso porque soy uno de los pocos del equipo que ha vivido un ‘play-off’. Es inevitable que te vengan a la cabeza los recuerdos de aquel día fatídico en Granada. Es algo que quedó ahí como una experiencia que ahora me va a servir para ayudar a mis compañeros, para valorar cómo se juegan este tipo de eliminatorias. Hay que jugar con mucha calma, con una calma tensa, e intentaré transmitir tranquilidad a mis compañeros por esa experiencia que puedo tener, aunque la verdad es que es mucho mejor para nuestro corazón y el de nuestros aficionados conseguir el ascenso directo como hicimos un año después en el Celta.
¿Aquel día en Granada fue el más duro de su etapa en el Celta?
Sin lugar a dudas. Aquel fue un partido de los que te deja marcado. En el fútbol hay tristezas y alegrías y aquel fue un día muy duro para el celtismo y para los jugadores. Evidentemente, luego se consiguió el ascenso y fue muy feliz, pero aquel día nos marcó por cómo fue todo: en los penaltis, fuera de casa y en un ambiente súper hostil. Pero por suerte, la vida nos dio el ascenso al año siguiente.
Tras aquella primera promoción de ascenso se eliminaron las tandas de penaltis; en caso de igualdad, pasa el mejor clasificado en liga. ¿Lo considera más justo?
Aparte del factor campo, porque el mejor clasificado juega la vuelta en casa, creo que premiar un poco más una liga regular tan larga como la de Segunda está bien. Además, las tandas de penaltis son un auténtico drama para el que pierde, para los jugadores, para el club y para su afición, porque hay mucho en juego. Está mejor así.
¿En lo personal, ha sido una temporada complicada por la lesión que lo tuvo parado?
Empecé muy bien, con mucha confianza, y con el equipo arriba. Pero el fútbol tiene estas cosas y me encontré con una fascitis plantar que en principio parecía que iba a ser para poco tiempo. Hicimos un tratamiento conservador durante un mes, volví a intentarlo, luego hice otro mes de tratamiento y al final tuve que pasar por el quirófano. Entre unas cosas y otras, se fueron casi seis meses al traste. Después, el entrenador me puso bastante rápido a jugar y muscularmente lo noté, rompí y estuve otras tres semanas fuera. Ha sido un año muy duro, pero este último mes me estoy encontrando otra vez muy bien y creo que el ‘play-off’ llega en el mejor momento. El míster me está dando minutos poco a poco, el sábado jugué media hora sin molestias y espero poder ayudar al equipo a lograr el objetivo.
Si el Sporting sube, se queda en Gijón; si no lo hace, vuelve al Celta. Entiendo que su deseo ahora es ascender y quedarse ahí.
Claro. Al fin y al cabo, Luis Enrique no contó conmigo, aquí me acogieron muy bien después de la cesión de la pasada temporada y siempre me he encontrado a gusto en Gijón. En el Celta pasé años maravillosos y es el club que tiene mis derechos, el equipo por el que siempre he dado todo y con el que tengo contrato. Pero ahora hay que intentar subir aquí y eso implicaría seguir dos años más en el Sporting . Si no se consigue el objetivo, tendré que volver al Celta. En cualquier caso, el trato siempre ha sido bueno con los dos clubes y haremos las cosas con naturalidad.
¿Cómo ha visto al Celta?
Muy bien, con alegría. Después de lo que se sufrió el año anterior para conseguir la permanencia, creo que Luis Enrique hizo un trabajo excepcional. Al principio se generaron algunas dudas, algo normal cuando llega un entrenador nuevo, pero se ha visto que el míster tiene una personalidad enorme, hizo al Celta jugar muy bien y el equipo alcanzó una clasificación extraordinaria. Todo el mundo me ha hablado maravillosamente bien del técnico y su traspaso al Barcelona lo dice todo. El Celta está haciendo las cosas bien desde hace mucho tiempo y me alegra que todo le haya ido bien, que hayamos podido vivir un año tranquilos.