Orgullo


Foto: Faro de Vigo

El Celta cayó derrotado anoche ante el Real Madrid en la Copa del Rey. No ha sido ninguna sorpresa, ya que era lo esperado y lo deseado desde la planta noble de la RFEF, que está más cerca de asegurarse la presencia del conjunto blanco en la próximo Supercopa. Pero más allá de lo ya esperado, el conjunto celeste y en particular Claudio Giráldez, han salido muy reforzados de este encuentro. 

El Celta demostró una enorme capacidad para sobreponerse a todos los golpes que le destino le fue regalando. Ya en la previa el reto parecía complicado por las bajas con las que se presentó el equipo en el Bernabéu, especialmente la de Aspas, pero siempre se mantuvo en el partido, y cuando parecía perdido tuvo la capacidad de reaccionar en uno de los escenarios más complicados del planeta y jugando contra un equipo con bula arbitral. 

Claudio Giráldez ha transformado a un equipo que la pasada temporada parecía siempre golpeado. Anoche llegó la remontada con jugadores poco habituales como Cervi o Bamba, e incluso apostó por Fer López en una situación de partido complicado. Y todos respondieron. El técnico celeste tiene implicada a toda la plantilla, y está gestionando como pocos un vestuario con muchos jugadores, que ofrecen un buen rendimiento a pesar de no tener demasiados minutos. 

El sueño se ha acabado y dejará lugar a LaLiga, que será el único objetivo del Celta. Sin tiempo para lamerse las heridas llegará el Athletic a Balaídos el próximo domingo a las 14:00. Poco más de 60 horas después de acabar el partido. Y lo hará con un equipo agotado físicamente por el esfuerzo y con la obligación de mantener su nivel en casa para no meterse en problemas en la recta final de la temporada, pero el orgullo de la afición estará intacto pase lo que pase. Se lo han ganado. 

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