Foto: José Lores / Faro de Vigo |
La lotería de Navidad suele repartir alegrías cada 22 de diciembre entre aquellos afortunados que tienen alguno de los números premiados. Pero la suerte no siempre llega en boletos de lotería, sino que se puede presentar de múltiples formas. En el caso del celtismo este año 2024 la ha encontrado en el banquillo con la llegada de Claudio Giráldez, que ha cambiado radicalmente el futuro a corto plazo de la entidad celeste.
Y ha sido una lotería porque ha sido necesaria una buena dosis de Fortuna para que el actual momento del Celta se haya producido. El club apostó en el verano de 2023 por Rafa Benítez, ese fue el primer proyecto de Marián Mouriño, que reconoció en una reciente entrevista concedida al diario Atlántico que necesitaba la seguridad que le proporcionaba el currículum de Benítez para afrontar el año del centenario.
El preparador madrileño fue la primera apuesta de Mouriño, que le ofreció tres años de contrato. Los resultados no fueron los esperados y acabó siendo despedido en la jornada 28, apareciendo ahí Claudio Giráldez, que era la opción más lógica a nivel económico y por su rendimiento en el Celta Fortuna. Además era la opción favorita para la afición, que ya pedía el ascenso de Giráldez al primer equipo.
¿Qué hubiera pasado si los resultados de Benítez hubiesen sido mejores?. El extécnico celeste no tuvo suerte con los arbitrajes en la primera vuelta. En caso de no existir estos errores seguramente su crédito sería mayor, y quien sabe si todavía ahora estaría al frente del banquillo celeste. En ese caso no habría apuesta por la cantera, ni una propuesta futbolística atractiva, y probablemente la comunión entre la afición y el equipo no sería tan robusta como lo es en la actualidad.
Si Benítez siguiese en el club es complicado especular con que Giráldez siguiese dirigiendo al filial. Su contrato concluía en junio de 2024, y tenía ofertas de equipos de categoría superiores. Desde Valencia aseguran incluso que tenía un precontrato firmado con el Levante, extremo que siempre ha negado el actual entrenador celeste, pero de no ser el club granota, seguro que no le faltaban propuestas. Seguramente su tren como entrenador del Celta hubiera pasado por la apuesta de Benítez.
Así que si, nos ha tocado la lotería en uno de esos giros del destino que cambian por completo a un club.
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