Foto: Faro de Vigo |
Javi Rodríguez vivió ayer uno de sus días más especiales como futbolista profesional. El canterano anotó el 0-1 a los 13 minutos de partido. Fue su estreno como goleador en Primera División, con cierta incertidumbre ya que la acción fue revisada por el VAR por un posible fuera de juego posicional de Carl Starfelt, un tiempo en el que probablemente se le aparecieron los fantasmas de otro gol marcado esta temporada, y anulado por fuera de juego.
Pero en esta ocasión el colegiado confirmó el gol, y Javi Rodríguez pudo celebrarlo sin complejos. Tras marcar el gol y abrazarse a sus compañeros, tuvo en cuenta a una persona que ha sido muy importante para él en su carrera deportiva: Su actual entrenador, Claudio Giráldez.
El porriñés lo rescató hace tres temporadas en el juvenil, y hace dos en el Celta B, cuando el club decidió hacerle ficha del Celta Fortuna. Se lo llevó al filial, y acabó siendo indiscutible hasta su ascenso al primer equipo, y este verano contó con él en la pretemporada, y mantuvo su confianza cuando comenzó LaLiga. Ya ha disputado 12 encuentros, y es uno de las revelaciones del presente campeonato de Liga.
Ese abrazo explica a la perfección el agradecimiento y la admiración que se profesan ambos. Javi Rodríguez, al igual que el resto de sus compañeros de generación, saben que sin Claudio Giráldez al frente sería complicado que pudiesen vivir el sueño de asentarse en Primera División, pero el preparador porriñés también sabe que sin el talento de estos jugadores su papel en el juvenil, en el filial y ahora en el primer equipo no sería tan destacado.
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