Un paso lógico y necesario


Foto: RC Celta

El Celta anunció en el día de ayer la renovación de Claudio Giráldez, recibida por gran parte de la afición con mucha ilusión, la que durante estos meses como entrenador del primer equipo ha transmitido el técnico porriñés a la afición. La mejoría del equipo a nivel de resultados es evidente, pero también se valora la propuesta futbolística, mucho más adecuada a lo que suele ser habitual en Vigo, y también su decidida apuesta por la cantera. 

Los resultados cosechados por el técnico celeste hasta  la fecha refrendan la apuesta del club. La pasada temporada cogió al equipo en una situación delicada que supo reconducir apoyándose en jugadores jóvenes y en una forma de jugar que resulta atractiva para el público. Este verano, a pesar de la devaluación de la plantilla, que según Transfermarkt ha perdido unos 50 millones de euros en valor de mercado, ha conseguido situar al equipo en una posición relativamente cómoda en la tabla, con casi todos los jugadores mejorando su nivel y creciendo en muchos aspectos. 

Conviene también recordar que Claudio Giráldez no era la apuesta, sino Rafa Benítez, a quien se le hizo un contrato de tres años. En aquel momento, no hace tanto en realidad, no importaba ni la propuesta futbolística ni la apuesta por la cantera, totalmente nulas en ambos casos con el madrileño, pero se le propuso un contrato de tres años con una alta remuneración. Aquello no salió bien, tuvo que ser cesado y entonces sí se apostó por Claudio Giráldez, que venía realizando un magnífico trabajo en las categorías inferiores, conectando como nunca al filial, ahora denominado Celta Fortuna, con la afición. 

En todo caso hay que celebrar que en marzo se apostara por Claudio Giráldez. Era la opción más lógica en muchos aspectos, también en el económico, y sobre todo porque era una demanda de un sector muy importante de la afición.  El porriñés concluía su contrato al final de la temporada, y antes de llegar a ese punto, fue renovado hasta 2025. Decía entonces Marco Garcés que a lo largo de su carrera siempre había renovado a sus entrenadores de año en año. 

Unos meses después Claudio Giráldez ha sido nuevamente renovado, pero en este caso por dos años, tal y como había adelantado Marián Mouriño en una reciente entrevista en el diario Marca, en la que abogaba por extender el contrato de su entrenador más allá de una temporada. Donde manda marinero no manda Garcés. El caso es que esta renovación es tan lógica como necesaria. Se ha ganado a pulso poder tener un proyecto de relativa duración,  y el propio Giráldez mostró ayer su convencimiento de que no sería el último contrato que firmaría con el Celta. 

Ojalá sea así, especialmente porque sería una muy buena señal para el Celta. Recientemente hemos vistos como entrenadores con con contratos largos como Eduardo Coudet o el propio Benítez no los pudieron completar por los resultados deportivos, y cabe esperar que en este caso la pelota sea benévola con Claudio Giráldez.


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