Foto: Marta Grande Boullosa |
Pocos futbolistas del Celta que hayan jugado tan poco han dejado tanto recuerdo entre el celtismo como Welliton. Y no precisamente positivo. El delantero brasileño fue uno de los fichajes del Celta en el mercado de invierno de la Temporada 2013-14. Llegó cedido desde el Spartak de Moscú, y acabó siendo un fichaje fallido ya que su participación fue mínima. Tan solo jugó cinco minutos en un partido disputado por el equipo celeste en Elche.
El ariete brasileño generó cierta ilusión a su llegada por el rendimiento que había ofrecido previamente en Rusia, donde había anotado 21 y 19 goles respectivamente en años anteriores. Sin embargo a Vigo llegó tras varias cesiones infructuosas y una baja de rendimiento importante en el conjunto moscovita.
Pero el hecho por el que siempre será recordado por el celtismo acaeció lejos del terreno de juego. Sucedió a las 05:05 de la madrugada del cinco de mayo, cuando la policía local de Vigo detenía al jugador por conducir borracho en un vehículo en el que viajaban seis personas, una más de las permitidas. Welliton fue interceptado en un BMW de color oscuro, modelo 520D, mientras iba por Urzaiz. Los agentes lo vieron a la altura de la calle Príncipe con la música a un volumen elevado y a gran velocidad. Después de girar por Gran Vía, el deportistas se saltó los semáforos en rojo que hay hasta la plaza de España. Finalmente, los policías lo interceptaron en el cruce con Hispanidad después de perseguirlo una dotación del GOA, unidad especial de operaciones de élite.
Los agentes comprobaron que en el coche, además del jugador Welliton, viajaban otras cinco personas. El joven presentaba claros síntomas de estar bajo los efectos de las bebidas alcohólicas. Tras efectuarle la prueba, arrojó un resultado de tipo penal. En concreto dio una tasa de 1,30, más de cinco veces la autorizada. La primera frase de Welliton tras ser detenido por los policías fue: "Soy Welliton, jugador del Celta", justificando su estado por la celebración de la permanencia recientemente alcanzada por el conjunto celeste.
El Celta decidió aplicar al futbolista la máxima sanción que contemplaba el régimen interno del club, aunque no expulsa al jugador de su disciplina. Un día después, fue condenado a través de un juicio rápido, a estar un año sin carné y una multa de 9.000 euros por un delito de conducción bajo los efectos del alcohol.
En su declaración ante la juez dijo que estaba "arrepentido" y que "no quería dar mal ejemplo". Su abogado, Manuel Carpintero, afirmó a la salida del juicio rápido que su cliente volvía del centro de Vigo y se iba para casa, que iba con unos amigos y amigas, y que celebraban la permanencia en Primera División. El letrado afirmó que el jugador no contaba que la "cosa estuviese tan calentita", en referencia a que no contaba con dar una tasa tan elevada de alcohol. El futbolista dio 1,30 miligramos por litros de aire espirado, casi seis veces más cuando el máximo legal permitido es de 0,25.
El cinco fue un número maldito para Welliton durante su estancia en el Celta. Cinco fueron los minutos que jugó durante sus cinco meses en Vigo. El cinco formaba parte de su dorsal, y la acción que le hará famoso sucedió un día cinco, del mes cinco, a las cinco y cinco de la madrugada. Se le impuso una sanción en el juzgado de instrucción número 5 de Vigo, por multiplicar por cinco la tasa de alcoholemia.
Tras jugar en el Celta se fue a Turquía, en las filas del Mersin Idmanyurdu y el Kayserispor, y posteriormente a los Emirato Árabes, donde tuvo buenas temporadas a nivel goleador en el Sharjah y el Al Wasl. En 2021 regresó a su país natal, jugando primero en el Goiás y posteriormente en el Novorizontino, donde colgaría las botas a finales de 2022.
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