 |
| Foto: Denis Doyle / Getty Images |
El Celta firmó esta tarde posiblemente el peor partido de la era Giráldez, un encuentro en el que tuvo el control del partido en apariencia durante muchos minutos, pero en realidad estaba exactamente donde quería el Leganés. El dominio vigués fue incontestable, pero las ocasiones no pasaban de ser leves acercamientos, generalmente rematados con tiros desde la frontal del área sin excesivo peligro para Dimitrovic.
Da la sensación de que todo lo que pasó en el partido era más lo que quería Borja Jiménez que lo que desearía Claudio Giráldez. Agazapados atrás, esperando un error que les permitiese adelantarse en el marcado. Y así fue cuando en la segunda mitad un error en la salida de balón de Marcos Alonso, el único que cometió en todo el partido, acabó siendo penalizado con el 1-0 a favor de los pepineros. La historia del segundo gol es exactamente la misma, pero por el otro costado, en ese caso un fallo de Manquillo duramente castigado por los locales. Ahí se acabó definitivamente el partido.
Solo cabe esperar que este haya sido ese partido tonto que todos los equipos tienen a lo largo de la temporada. 38 jornadas dan para mucho, y así como a veces sale el partido perfecto, también puede salir alguno como el de hoy. Todos los equipos los han tenido, incluso los mejores. También al Celta de Berizzo le pasaba a veces, y hasta al Celta de la mejor etapa de Coudet. Convendría no alarmarse demasiado y seguir confiando en el proyecto, porque ha dado motivos para ello.
Este 3-0 ha sido la derrota más abultada de Claudio Giráldez, junto con el 3-0 sufrido en Mendizorroza la pasada temporada, pero aquel partido no tuvo nada que ver con este, porque el Alavés pasó por encima del Celta desde el primer minuto, e incluso mereció ganar por algún gol más, salvado por alguna buena intervención de Guaita, que hoy se contagió de sus compañeros e incluso estuvo un tanto endeble en el 3-0, en el que hace algo muy raro y no es capaz de detener un balón que podría ser "sencillo".
La mejor noticia es que en tres días comienza la Copa del Rey, así que no habrá mucho tiempo para digerir este traspiés, y dentro de una semana vuelve el fútbol a Balaídos, donde el Celta generalmente se siente muy bien.
0 comments:
Publicar un comentario