Celta 0 - Atlético 1 | El Celta perdona y lo paga ante el Atlético


Foto: Octavio Passos / Getty Images

El Celta lo hizo todo para ganar esta noche, pero no pudo celebrar el partido 500 de Iago Aspas con una victoria ante un Atlético de Madrid que ganó como suele hacer en Balaídos. Sus aficionados festejaron la victoria tras 80 minutos de bostezos, solo interrumpidos por los sustos del Celta en su portería. Así es el fútbol. 

Claudio Giráldez volvió a sorprender con una alineación inicial con muchos cambios, con Vicente Guaita en portería, y un trío de centrales inédito formado por Manquillo, Starfelt y Marcos Alonso. Sergio Carreira fue el elegido para suplir la ausencia de Mingueza, actuando como carrilero por banda derecha, mientras que Hugo Álvarez ejercía por el costado zurdo. En la sala de máquinas Fran Beltrán y Sotelo, con Swedberg y Aspas, que disputaba su partido número 500, como enganches, y arriba, Borja Iglesias. 

El partido comenzó con mucho respeto en ambos equipos, muy preocupados de no cometer errores que le hicieran daño en defensa, con un Celta más dominante, amasando mucho balón, aunque con muchos problemas para generar ocasiones de peligro real ante un Atlético de Madrid bien plantado atrás.

La primera gran ocasión para el Celta llegó en el minuto 10, en una combinación entre Manquillo y Carreira, con el canterano ganando línea de fondo y poniendo un balón perfecto al punto de penalti para Swedberg, que no acierta a meter el balón entre los tres palos.  A los 15 minutos llegó el primer aviso del Atlético de Madrid, con un centro de Griezmann, resuelto muy bien por Guaita que corta el pase abortando la ocasión de peligro. 

El partido se fue convirtiendo con el paso de los minutos en una batalla por mantener la posesión, y en pequeñas batallas entre jugadores, especialmente destacada la de Reinildo y Borja Iglesias, en la que ambos jugadores merecieron la amarilla en alguna acción. 

En el 33 llegó otra gran ocasión para el Celta tras un pase de Borja Iglesias a la carrera de Iago Aspas, pero el moañés se encontró con un rapidísimo Reinildo que evitó que el capitán céltico se plantase solo ante Oblak. 

Pero Aspas no había dicho su última palabra en el primer acto, en el minuto 42, tras una muy buena combinación con Borja Iglesias puso a prueba al meta atlético con un disparo seco y raso, pegado al palo izquierdo del esloveno que evitó el gol con una extraordinaria parada. Fue lo último destacable de una primera mitad de mucho respeto entre ambos equipos. 

En la segunda parte el encuntro fue otro. Desde el comienzo se desataron las hostilidades, especialmente porque el Atlético de Madrid adelantó sus líneas, especialmente tras la entrada de Julián Álvarez, pero antes el Celta tuvo una clara ocasión en las botas de Hugo Sotelo, que cazó un rechace al borde del área, pero su disparo se fue muy alto. 

En el 57 otra ocasión clamorosa para el Celta, tras una gran acción colectiva con centro desde la banda izquierda de Swedberg que cae a pies de Carreira y el canterano pone un balón para Borja Iglesias que cabecea a Bocajarro encontrándose nuevamente con Oblak, que evita el gol céltico. 

El Atlético adelantó líneas, pero el Celta se defendía bien, con un Starfelt imperial que desesperó a Sorloth y a los atacantes rivales, y además no se olvidaba de generar peligro aprovechando los espacios que dejaba el Atlético a su espalda. Iago Aspas tras una cesión de Swedberg, envió un disparo potente pero alto. 

En el minuto 70 movió Claudio Giráldez el banquillo, dando entrada a Alfon y Javi Rodríguez, en lugar de Swedberg y Manquillo, y unos minutos después Douvikas sustituiría a Borja Iglesias, cuya última intervención fue un acrobático remate que casi sorprende a Oblak. 

En el último cuarto de hora el Atlético se hizo con la manija del partido y empezó a generar peligro real. En el 80 Guaita realizó una magistral intervención evitando el 0-1 tras un gran disparo de Riquelme, en una acción similar a la que salvó Oblak ante Aspas en la primera mitad. 

Y cuanto más adelantaba las líneas el Atlético, más llegaba el Celta, que había perdido el dominio del juego en ese tramo, pero generaba ocasiones muy claras. En el 83 la tuvo Alfon, que recibió en el área, recortó a su rival, pero su disparo impactó en el lateral de la red.  Claudio Giráldez introdujo a Damián e Ilaix Moriba para tener más control del partido, y en el 89 Javi Rodríguez tuvo una ocasión clamorosa tras una peinada de Alfon, pero envió el balón a las nubes cuando Balaídos ya se preparaba para cantar el gol de la victoria. 

Dice el tópico, doloroso en este caso, que el que perdona lo paga, y así fue. En el minuto 90, un centro endiablado de Griezmann fue aprovechado por Julián Álvarez, que le comió la tostada a la zaga céltica para meter la puntera y marcar el gol de la victoria, cerrando así un partido con un resultado injusto a la vista de los méritos de unos y otros. En menos de tres días tendrá el Celta una nueva reválida en Balaídos ante el Girona. 


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