Villarreal 4 - Celta 3 | Derrota y orgullo


Foto: Alex Caparrós / Getty Images

El fútbol no ha sido justo esta noche con un Celta muy valiente, que acabó cayendo derrotado en un partido en el que no se conformó con el empate y por la incansable búsqueda del 3-4 acabó recibiendo una contra y un penalti bastante inocente que transformó Parejo en el 98. La imagen del Celta fue espectacular, dominando el juego en grandes fases y con una ambición que dará muchos frutos esta temporada. 

Claudio Giráldez apostó de inicio por un once muy alternativo en el que repetía Iván Villar en portería, y a partir de ahí muchos cambios. Los tres centrales elegidos para este encuentro fueron Jailson, Starfelt y Manquillo, mientras que los carriles estaban ocupados por Mingueza y Carreira, aunque con la novedad de que Carreira jugaba a pierna cambiada y el catalán por la banda derecha, a diferencia de los anteriores encuentros. En el centro del campo Damián y el debutante como titular Moriba, y arriba Bamba, y otros dos debutantes en el once inicial: Alfon y Borja Iglesias. 

Impresionante puesta en escena del Celta, que en los primeros minutos amasó balón y generó sensación de peligro con sus combinaciones. El Celta de Giráldez no entiende la posesión como un método para evitar que el rival tenga el balón, sino con la intención de hacer daño a la portería contrario. Con mucho colmillo, incluso aunque no jueguen los teóricos titulares. Así fue la primera parte de los de Giráldez, que no cejaron en su empeño hasta lograr el gol. 

Sería en el minuto 12 tras un excelente pase en largo de Moriba y un no menos destacable desmarque de Alfon, que consigue anticiparse al meta rival con un toque con el hombro. El intento de disparo del albaceteño fue despejado por la zaga local, pero ahí apareció Borja Iglesias con la caña para enviar el balón al fondo de las mallas con un disparo más efectivo que estético, pero que suponía el 0-1 para los celestes. 

A partir del gol céltico adelantó líneas el Villarreal en busca del gol, y vio sangre en los centros al área, en los que la zaga se mostraba bastante insegura. Cada balón colgado llevaba la zozobra al área céltica, y tanto fue el cántaro a la fuente que en el minuto 25 llegó el empate tras un saque de esquina peinado al segundo palo, donde aparece Cardona para poner el 1-1. 

El empate no achicó al Celta, que se lanzó de inmediato a por el segundo, con actitud de equipo grande. Y lo encontraría en el minuto 31 tras una falta cometida sobre Borja Iglesias y perfectamente ejecutada por Mingueza al palo largo. 

A diferencia del primer gol, en el segundo no se dejó dominar el Celta, y aunque en el tramo final de la primera parte Yeremi Pino estrelló un balón en el palo, también el Celta dio serios avisos, quizás el más claro tras una gran acción individual de Alfon, que sorteó al guardameta y se encontró con Albiol bajo palos. El defensa villarrealense despejó y el balón pegó en uno de los postes. Con 1-2 y muy buenas sensaciones se llegó al descanso. 

La segunda parte fue una locura futbolística, que no cayó del lado del Celta, que salió bien tras el descanso, continuando con un rápido y ágil movimiento de balón que le estaba costando mucho al Villarreal, pero en apenas cuatro minutos, el Villarreal logró darle la vuelta al marcador poniendo el 3-2 en el marcador. 

Pero quedaba más de media hora por delante, y este Celta ya ha demostrado que nunca se da por vencido. Claudio Giráldez tiró de Aspas y Swedberg para intentar la remontada, y más tarde también entrarían Douvikas. Sufrió el Celta en ese momento porque el Villarreal tuvo varias para el 4-2, pero logró aguantar, se rehizo, y logró el empate por medio de Starfelt, cabeceando al fondo de las mallas un nuevo pase de Mingueza. 

A partir de ahí empezó la locura absoluta para el Celta, que se lanzó a tumba abierta en busca del 3-4, que buscó, mereció y no consiguió por falta de acierto en los metros finales. Swedberg tuvo tres ocasiones claras, especialmente una de ellas en la que se plantó solo ante el meta rival y no supo resolver como el acostumbra. También Douvikas la tuvo enviando un balón al palo. 

Pero el fútbol a veces es así. Con el Celta volcado, el Villarreal cazó una contra y Hugo Álvarez pecó de bisoñez realizando un penalti un tanto innecesario que acabó transformando Parejo en el rechace después de que Villar detuviese el lanzamiento. Resultado injusto, pero esta es la línea. Jugando así se ganarán muchos partidos este año. 

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