Perder así es morir de amor


Foto: Álex Caparrós / Getty Images

De los muchos mensajes que recibí anoche en Whatsaap o Telegram, bien sea en privado o en grupos de celtistas, me llamó la atención uno escrito por ese gran celtista llamado Iago Treus: "Perder así es morir de amor", y aunque la canción en la que se basa esta frase,  popularizada por Camilo Sesto mucho antes de que la mayoría de los que me leéis hubierais nacido, no se parece mucho a lo sucedido ayer, si que hay alguna estrofa que podemos rescatar. 

Siempre me traiciona la razón
Y me domina el corazón

Quizás eso fue lo que le pasó al Celta en el último tramo del partido. Tras el 3-3, la razón invitaba a plegar velas, guardar el resultado y si acaso buscar dar la sorpresa en alguna contra. Pero este Celta no sabe jugar así, siempre le domina el corazón, así que se lanzó a tumba abierta para llevarse los tres puntos que en casa ocasión desperdiciada veía más cerca. Con cada uno de los fallos aumentaba la sensación de que un empate era irse de vacío, así que los jugadores lo intentaron hasta el último momento, como si jugasen en Balaídos, impulsados por el apoyo desde la distancia de la afición. 

Siempre se apodera de mi ser
Mi serenidad se vuelve locura
Y me llena de amargura

¿Y qué es el fútbol sino una locura? ¿Qué es la vida sin locura?. El Celta de Claudio Giráldez es un producto atípico en nuestros tiempos. Es una eterna lucha contracorriente, contra la serenidad y en pos de la locura, que contagia a sus rivales y convierte los partidos en ese espectáculo que no necesita una súper liga europea para llamar la atención de los más jóvenes. Ayer, un niño de Toledo, quizás otro de Jaén, e incluso alguno de A Coruña, se enamoraron de este equipo.  Y sí, esos inocentes niños probablemente probaron ayer esa primera dosis de amargura que les acompañará durante su periplo como celtistas. 

Y ya no puedo más, ya no puedo más
Siempre se repite esta misma historia
Y ya no puedo más, ya no puedo más
Estoy harto de rodar como una noria

Esos niños,  que ayer vivieron en la locura del Celta, algún día entenderán estos versos. Esta historia tantas veces repetida para el celtismo, que ayer vivió un nuevo capítulo, pero ni la derrota, con la que todas las aficiones conviven y convivirán, podrán estropear el enorme orgullo que vivimos al ver a un equipo que lo dio todo sobre el terreno de juego en pos de un triunfo. ¿Acaso no va de eso el fútbol?.  

Porque este Celta es puro fútbol. Nada de especular. El corazón sobre la razón. El bueno de Giráldez ha tenido que componer un equipo con lo que le han dado, y está haciendo maravillas, sacando petróleo. Los ha convencido de que puedan hacerlo, y los ha contagiado de su bendita locura, que ojalá nunca pierden. Al final del partido Borja Iglesias y Claudio Giráldez coincidieron en su análisis: "Si hay que perder, que sea así". Pero no siempre perderán, porque jugando así, ganarán muchos partidos.  Y si pierden, nadie podrá reprocharles nada. 

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