Mucho más fútbol en sus botas que años de contrato



Balaídos lleno en una calurosa tarde,  con el Alavés como rival, acompañado por muchos aficionados en la grada y victoria para los célticos por 2-1, marcando Iago Aspas el gol del triunfo. Es casi como un viaje al año 2009, cuando Iago Aspas compareció por primera vez ante la afición que hoy lo idolatra de un modo difícil de explicar para alguien que no haya estado en este planeta durante los últimos quince años. 

Lo de Iago Aspas empieza a ser digno de estudio. Con sus 37 años recién cumplidos sigue centrando las miradas de los rivales. Ayer el Alavés le puso un hombre encima durante todo el partido. Luis García Plaza sabía que a quien había que parar era al 10. Lo saben todos los rivales, porque en la última década siempre es el jugador más peligroso del Celta. Otra cosa es conseguirlo. 

Ayer no se fue para casa con un hat-trick de milagro. Además del tanto que marcó, está el que le anuló el VAR por un fuera de juego tan ajustado que el nuevo sistema de fuera de juego semi automático tardó cuatro minutos en decidirse. ¿Es posible que con el sistema antiguo todavía estuviesen deliberando ahora en la sala VOR cuantas micras son necesarias  para anular un gol?. "Es que medio milímetro es mucho, tío", hubiese proclamado Trujillo Suárez a las 3 de la madrugada.  Aspas tuvo en sus botas otro gol, tras una excelente jugada de Ilaix Moriba, pero su volea no encontró la portería por centímetros. 

A Aspas le queda mucho más fútbol en las botas que años de contrato. Esa es la conclusión que podemos sacar del partido de ayer. Aquel jugador al que minimizó el sistema de Rafa Benítez, ha regresado con toda la fuerza del mundo con el cambio de entrenador. El excelente momento de forma con el que acabó la temporada, se ha trasladado a este comienzo de curso. Que el tiempo pasa es algo indudable. Que Aspas hace que se lleve mejor, también. 


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