Las opciones de Kevin



En los últimos tiempos se está hablando mucho, quizás demasiado, de lo que debe hacer Kevin. El canterano, y uno de los capitanes del equipo, no cuenta para Claudio Giráldez. No ha disputado ningún amistoso este verano, y es uno de los seis jugadores que no viajaron a Londres para enfrentarse al West Ham, claro que otra cosa sería una sorpresa viendo cuál ha sido su situación en esta pretemporada, donde ni tan siquiera viajó al mini stage del equipo en Londres, entre el partido del Lille y el del Luton Town. 

Dicen que sigue decidido a cumplir su contrato, y es lógico. Los contratos se firman para algo. No fue él quien se ofreció a sí mismo dos años de contrato y unos meses después fichó a Manquillo, un jugador para su mismo puesto, mientras se esperaba el regreso de Sergio Carreira, otro lateral derecho. ¿Es culpa suya que el club cambie de opinión cada seis meses? ¿Debería adaptarse a los oscilantes posicionamientos del club en función de quien sea el director deportivo o el entrenador?. 

Sé que algunos, con buena intención, recomendáis a Kevin que cambie de aires para jugar. Todo apunta a que si decide quedarse vivirá un año en la grada probablemente, pero es lógico que el jugador maneje sus opciones desde la legitimidad que le da tener un contrato firmado. Su sueño siempre ha sido jugar en el Celta. Aguantó hasta los 25 años en el filial cuando el club se lo pidió, y saltó al primer equipo cuando el mismo club quiso. Y aceptó sin rechistar. Hace un año firmó un contrato de dos años, y hubiera firmado un año si se lo hubieran propuesto. 

Y la opción de quedarse puede no ser mala para él, siempre teniendo en cuenta que posiblemente no tendrá ofertas de Primera División. ¿Irse o quedarse?. Obviamente es una decisión que tiene que tomar él, pero quedarse no será necesariamente una mala decisión. El club tampoco forzará demasiado porque el problema de Kevin es más numérico que salarial. Ocupa un puesto entre las fichas del primer equipo, pero no daña demasiado el límite salarial. Ayer comentaba Abraham Martínez en el diario AS que las dos partes no quieren que la historia acabe en rescisión. Y ojalá sea así, salvo que sea con un acuerdo que acepten tanto el club como el jugador. 

Pero volvamos al escenario de una posible continuidad de Kevin, que ahora mismo no cuenta para este entrenador. Sus características son un gran inconvenientes para el sistema de Claudio Giráldez. No tiene la profundidad necesaria para jugar de carrilero, y tampoco encaja como central. No encaja, y esto es evidente, pero nadie asegura que el actual técnico acabe la temporada. El mes de noviembre está ahí, y la familia Mouriño es de gatillo fácil con los entrenadores. 

Ojalá acabe la temporada, lo que sería muy buena señal, pero nadie lo puede garantizar. Y en la elección de su sustituto podría aparecer un perfil totalmente distinto, y de repente Kevin podría encajar.  Y por supuesto, en el indeseable escenario de un descenso a Segunda División podría adquirir importancia la figura de un canterano veterano con galones.  Y aún yendo bien las cosas, que ojalá sea así, las temporadas son largas, con sanciones y lesiones imprevistas que pueden ofrecer oportunidades a jugadores inicialmente secundarios. No sabemos lo que puede pasar y es comprensible que apure sus opciones. 

Haga lo que haga, creo que no debemos castigarlo. Que tome la mejor decisión para él, si es posible de la mano del club.


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