Al Celta le está costando más de lo previsto aligerar la plantilla. Hay varios jugadores con los que no cuenta para el próximo ejercicio, y que no logran encontrar ofertas satisfactorias para abandonar el club celeste. Estamos a 15 de julio, y el equipo vigués está muy lejos del objetivo que se había marcado Marco Garcés, para quedarse con una plantilla formada únicamente por 18 componentes con ficha del primer equipo.
Es cierto que todavía falta mucho para el cierre del mercado, pero los días avanzan de forma inexorable, sin que se produzcan avances en las negociaciones de salida. El club ya ha empezado a filtrar que tendrá que pagar rescisiones de contratos a algunos jugadores, entre ellos Gonçalo Paciência, aunque no es el único, y que esto puede afectar al límite salarial.
Relevo publica este lunes, sin dar nombres, que el club está negociando con tres o cuatro futbolistas las rescisión de su contrato, y apunta que dichos finiquitos computarán en el límite salarial, junto con el de Rafa Benítez, y harán que el Celta pierda fuerza a la hora de confeccionar la plantilla. Es decir, se apunta directamente a los culpables de otra mala gestión por parte de la dirección deportiva del club, que nunca tiene culpa de nada de lo que pasa en torno al equipo.
Ni la directiva, ni la dirección deportiva, son responsables nunca de nada. Los culpables en los últimos años han sido varios, Jonny, Radoja, Sergi Gómez, David Costas, Jorge Sáenz, Emre Mor, Marchesín, y ahora toca el turno para Rafa Benítez o Paciência, a quien seguramente los ha fichado y ofrecido sus galácticos salarios Denis Suárez.
Lo mismo de todos los años, pero con distintos nombres. Los jugadores firman los contratos que previamente les ha ofrecido el Celta. Lo mismo Rafa Benítez, que en una época en la que mejoró sus resultados, y el Celta estaba vivo en la Copa era fichaje de Marián Mouriño, pero después volvió a serlo de Carlos Mouriño. El responsable de ofrecerle a Benítez un contrato de tres años por un salario elevadísimo es el responsable de que ahora compute para el límite salarial, pero nunca podemos culpabilizar ni demonizar al técnico madrileño por aceptar la oferta que le realizaron. Lo mismo vale para Paciência, y para todos los jugadores que están en el club y no tienen sitio.
Ya lo dijo Claudio Giráldez el pasado viernes en rueda de prensa. "No hablamos de seres inertes. Son personas", y como tal tienen que ser tratados. Están en su derecho de seguir en el club en virtud del contrato ofrecido. Si se le han ofrecido contratos hasta 2025 hay que asumir las consecuencias del ofrecimiento, al igual que ofrecerle contratos de larga duración a jugadores que pueden tener un nivel inferior a la categoría que ocupa actualmente el Celta. La culpa nunca puede ser de los jugadores ni debemos caer en el error de culpabilizarlos y exigirles que renuncien a sus contratos o que acepten ofertas inferiores.
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