Trivikas


Foto: Raúl Baquero / Mucha Calidad

La venta de Strand Larsen dejó a Douvikas como principal referencia ofensiva del Celta, pero el fichaje de Borja Iglesias ha dejado en el aire la elección de Claudio Giráldez del delantero titular. El santiagués es un futbolista que conoce muy bien el técnico del Celta, que tiene una amplia experiencia en Primera División y que será un serio competidor del griego en la delantera celeste. 

El de ayer era el primer partido que disputaba el Celta tras la llegada de Borja Iglesias, que todavía es virtual ya que no lo veremos por Vigo hasta el próximo lunes, pero ya flota en el ambiente la competencia interna entre los dos arietes. No cabe duda que el delantero santiagués sabe a lo que se enfrenta, pero por si tenía alguna duda ayer el propio Douvikas se encargó de recordarle a donde viene y con quien va a competir. 

Como siempre en estos casos es necesario tener en cuenta el contexto. El de ayer era un rival de la segunda división portuguesa en un amistoso de pretemporada, por lo que lo sucedido siempre puede tener un porcentaje de engañoso. Pero más allá del rival y de la situación, el griego expuso su repertorio de forma clara y meridiana. 

El primer gol es puro oportunismo. La falta botada por el Celta, demasiado rasa para crear peligro, invitaba a pensar en un despeje contundente de la zaga rival, pero el griego estiró el pie lo suficiente para ser el primero en contactar enviando el balón en la dirección oportuna. El segundo, que seguro que fue el favorito de Giráldez, llegó gracias a un robo de balón después de una buena presión. Douvikas analizó en décimas de segundo la situación y resolvió que lo más conveniente era una vaselina al portero. 

Y el tercero es quizás la principal característica de Douvikas, corriendo al espacio para aprovechar un extraordinario pase de Mingueza, y una vez solo ante el guardameta resolvió con eficacia, sin estridencias, colocando el balón exactamente en el lugar preciso para que el guardameta rival no pudiese llegar. En resumen, un gol al primer toque, otro tras robo y mostrando un enorme dominio del espacio-tiempo, y el tercero con un desmarque y mano a mano con el portero rival. Si alguien nunca ha visto jugar a Douvikas, el partido de ayer es un buen resumen de su catálogo futbolístico. Tres goles como tres soles que ocultaron ciertas carencias del equipo en la primera parte. Para eso están los goleadores. 



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