Foto: Marta G. Brea / Faro de Vigo |
Una de las mejores noticias de los primeros amistoso del verano es el rendimiento de Williot Swedberg. El internacional sueco está destacando en estos amistosos, mostrando que esta puede ser la temporada de su despegue después de las buenas sensaciones mostradas el año pasado, donde hasta la llegada de Claudio Giráldez no tuvo muchos minutos, y aún así logro ser decisivo para la salvación.
El sueco fue el primer fichaje de la era Luís Campos. El Celta pagó 5,5 millones de euros por un futbolista jovencísimo, que quizás debió tener ficha del filial, y con el que dejó de contar Eduardo Coudet después de que le pidiera el cambio en el descanso de un partido amistoso disputado en Estados Unidos. El argentino le puso la cruz, y apenas jugó hasta el cese del técnico.
Con la llegada de Carlos Carvalhal parecía cambiar su suerte. El técnico portugués contó con él en los primeros encuentros, pero con el paso de las semanas volvió al ostracismo que vivía antes de su llegada. Rafa Benítez tampoco le dio muchas oportunidades, pero el sueco las aprovechó de forma casi sobrehumana, con goles decisivos en tiempo de descuento que le dieron al equipo puntos importantísimos.
Se asentó cuando el actual técnico se hizo con las riendas del equipo. Claudio Giráldez confía mucho en sus cualidades. Es una apuesta relativamente sencilla porque Swedberg se ha ganado al público a base de actuaciones individuales muy buenas en momentos decisivos. Este verano está volviendo a hacerse acreedor de más minutos, y a día de hoy a nadie le sorprendería verle de titular en el debut liguero ante el Deportivo Alavés del próximo 16 de agosto. Tiene la chispa que le convierte en un jugador diferencial cuando aparece. Es algo a la que agarrarse para una temporada que se presenta complicada para el Celta.
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