Mihailo Ristic comenzó la pretemporada como un resumen de lo que fue su primera campaña en el Celta. El lateral izqierdo serbobosnio se perdió el pasado curso 18 partidos por lesiones, sumando entre todas sus bajas por este motivo unos 120 días de baja.
Su calvario comenzó en el mes de noviembre con una lesión de rodilla, y continuó a finales de año con una lesión muscular, que le mantuvo dos semana fuera de circulación. Lo peor llegó con una rotura de fibras en el mes de febrero, que le tuvo dos meses de baja, perdiéndose los partidos decisivos de la temporada, y acabó el curso nuevamente lesionado.
No fue su año, como tampoco lo había sido el anterior con el Benfica, con el que se perdió 15 partidos también por problemas físicos. Ya en su momento se barajaba esta opción, su facilidad para lesionarse, como el motivo por el que el Benfica había accedido a traspasar a su jugador en contra de la opinión mayoritaria de la afición.
Veremos el alcance de la lesión sufrida el pasado sábado por Ristic. El club informará del tiempo de recuperación cuando realice las pertinentes pruebas médicas. Tras el encuentro señaló que se trataba de un esguince en uno de sus tobillos, del que ojalá se recupere pronto.
Lo curioso es que las lesiones no suelen estar relacionadas, con lo cual se debe a una concatenación de hechos que apuntan a la mala suerte. Normalmente cuando un jugador tiene problemas con lesiones suelen tratarse de lesiones similares o relacionadas, pero en el caso de Ristic alterna lesiones musculares con problemas en las articulaciones.
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