El Celta comenzará el trabajo el próximo viernes con muchos jugadores sin tener claro cuál será su futuro. Uno de los que han dado que hablar durante las vacaciones ha sido Carles Pérez. El extremo catalán llegó a Vigo en el verano de 2022, cedido por la Roma. Tras su primera campaña, el Celta decidió hacerse con el futbolista en propiedad, pagando más de 5 millones de euros por sus servicios.
Si su rendimiento en la primera campaña en Vigo invitó al esfuerzo económico del Celta, la segunda temporada estuvo muy lejos de ser satisfactoria, así que en Príncipe no verían con malos ojos la salida del extremo catalán, que según informa este miércoles el diario Atlántico, tiene como primera opción seguir en el Celta, y esperar acontecimientos.
Pero también señala el mismo medio, que el entorno del jugador apunta que su nombre suena cada vez que se abre el mercado para clubes, tanto españoles como extranjeros. Por lo tanto, no se debe descartar una salida si la oferta que llegase fuese conveniente para el jugador. El gran problema es que su juego la temporada pasada le ha hecho perder cierto peso en el mercado, y será complicado que llegue una oferta que mejore lo que cobra en el Celta, e incluso que le permita pelear por objetivos más ambiciosos que la permanencia, a lo que parece condenado el equipo celeste en los últimos años.
Para el Celta sería un enorme alivio la salida del catalán, ya que es una de las fichas más altas de la plantilla, y es un futbolista que, además de no encajar mucho en el esquema de Claudio Giráldez, tiene otro jugador casi idéntica en la plantilla, como es Miguel Rodríguez, aunque hay que recordar que el canterano ya estaba en el equipo cuando el verano pasado fue fichado por el Celta.
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