Un año sin Antonio Chaves


Foto: Marca

Ayer se cumplió un año de la marcha de Antonio Chaves del Celta. El de O Grove dejaba el club después de 15 años como director general, convertido en una de las personalidades más importantes del siglo XXI, y probablemente de su historia, por haber sido el artífice, entre otros logros, de hacer que la senda por el proceso concursal fuese exitosa. 

Su salida del club fue el comienzo de una serie de cambios drásticos que ha acometido el club en su año de ausencia. De las personas que conformaban el organigrama ejecutivo del club casi nadie queda ya, empezando por Carlos Mouriño, que dejó su cargo a Marián Mouriño. 

A Antonio Chaves la historia no le hará justicia. Para muchos aficionados el anterior director general del club era generalmente el responsable de que no se cerrasen los fichajes por incluir flecos de última hora, o el que solía malvender a las figuras. Casi todo lo malo que pasaba en el Celta acaba siendo, de un modo u otro, responsabilidad de Antonio Chaves. 

Pero lo cierto es que su figura fue muy importante para el Celta, especialmente en los años más duros. Uno de los grandes aciertos de Carlos Mouriño fue su contratación, que estaba pensada para el año 2009, pero tuvo que adelantarse con la entrada en concurso del Celta. El grovense lideró las reformas necesarias para dar viabilidad al club.  Después de años de decisiones erráticas por parte de Mouriño, la llegada de Chaves supuso que la cordura reinase en la antigua sede de Praza de España.  Cuánto mayor fue la atención que Mouriño prestaba a Chaves, mayores eran los éxitos del club. 

Su estancia en el club quizás se hizo larga. Cuando perdió el control de Carlos Mouriño, algo que fue muy evidente en el cese de Coudet, al club no le fue bien, y acabó por marcharse para buscar otros objetivos, pero siempre siendo leal, incluso en su despedida, al presidente céltico. Actualmente trabaja para el Inter de Miami. 


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