Salamanca 0 - Celta Gran Peña 0 | El Gran Peña se queda a las puertas del ascenso


Foto: RC Celta

No pudo ser. El Celta Gran Peña no pudo luchar contra los elementos, especialmente aquellos que van vestidos de negro, pagó caro el arbitraje totalmente parcial de la ida y se encontró, otra vez, con un colegiado que consintió las pérdidas de tiempo y la brusquedad del Salamanca, y un asistente que señaló fueras de juego escandalosos al filial céltico, que aún así tuvo una muy clara en un penalti fallado por Óscar Gil, y que se quedó a las puertas del ascenso ante un rival poderoso en lo económico, aunque con muy poco fútbol. 

Luis Bonilla apostó de inicio por un once inicial formado por Álex Vila, Tarensi, Piay, Samu, Ju, Cantero, Álex Millán, Diego, Mario Fuente, Óscar Gil y Roi Tato. Mucha igualdad y muy poco fútbol en los primeros compases del partido, con dos equipos que se respetaban mucho. El Salamanca buscaba un ritmo lo más lento posible de partido, para lo que el césped ayudaba, y el Celta Gran Peña no parecía tener prisa, consciente de que el partido dura 90 minutos. 

En la primera parte del primer acto la única ocasión clara llegó en una acción por banda izquierda que no pudo resolver bien Óscar Gil, a quien perjudicó el bote. Era una ocasión bastante clara, pero el balón acabó en la grada del Helmántico. 

Todo se animó en los cinco últimos minutos del partido, merced a errores no forzados. Dos fallos de Ju en la salida de balón propiciaron sendas ocasiones bastante claras para el Salamanca, y a renglón seguido un error de Amaro en la salida del Salamanca fue aprovechado por Óscar Gil para recuperar y plantarse ante el guardameta siendo derribado por el propio Amaro. El colegiado señaló la pena máxima, que no aprovechó el propio Óscar Gil, que se tropezó con el meta rival hasta en dos ocasiones, ya que también repelió el rechace posterior al lanzamiento de penalti. 

En la segunda parte salió el Gran Peña con una marcha más, volcado sobre la meta contraria, pero le costó mucho generar ocasiones, en parte porque los jugadores celestes pronto comprendieron que cualquier balón colgado al área o cualquier pase a las inmediaciones de la portería rival era atajado por el mejor defensor del Salamanca: El asistente del colegiado, que levantaba el banderín como un autómata programado cada vez que el peligro acechaba la meta salmantina. Un seguro de vida para los locales. 

Curiosamente, en la segunda mitad la ocasión más clara la tuvo el Salamanca, en la única ocasión que pisó el área de Álex Vila, con dos disparos al palo consecutivo que por fortuna para el equipo vigués no acabaron entre los tres palos. 

En el tramo final Luis Bonilla realizó cambios muy ofensivos, quedando con un solo central y con mucho talento en el campo, pero el Gran Peña fue incapaz de generar peligro. No era fácil el reto, aunque el equipo peleó hasta el final y no se le puede poner un pero. Con un arbitraje normal hubiesen superado la eliminatoria. 



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