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| Foto: RC Celta |
El Celta Gran Peña cayó derrotado este domingo (0-1) ante un correoso Salamanca UDS, que vestía de negro y quizás por corporativismo contó con la inesperada ayuda del trío arbitral, que perdonó dos expulsiones a jugadores salmantinos, y en los últimos minutos anuló un gol al Gran Peña por un fuera de juego inexistente, lo suficientemente claro como para pensar que se trata de un error humano. Además, al borde del descanso fue expulsado Rivera, jugando el segundo filial celeste toda la segunda parte con uno menos.
El equipo de Luis Bonilla lo intentó hasta el final, ante un equipo que sabe a lo que juega. El Salamanca es un equipo feo, tanto en su forma de jugar como en sus formas. Tiene lo peor de los equipos que apuestan por ese fútbol que tanto se aplaude en las retransmisiones deportivas. El oficio llevado al extremo y exagerado aún más al medirse a un filial.
No se puede decir que hayan sido mejores, pero jugar con uno más durante toda la segunda mitad es una gran ventaja, especialmente si tenemos en cuenta que el árbitro podría haber expulsado a dos jugadores salmantinos. Además acertaron la que tuvieron y el árbitro no lo anuló. El Gran Peña también tuvo la suya casi sobre la bocina, pero el asistente levantó la bandera como un resorte y el tanto no subió al marcador. El VAR es muy mejorable, pero con tecnología hoy el resultado habría sido muy diferente.
Con todo, la eliminatoria no está perdida. Si con todo en contra, el Gran Peña sólo perdió 0-1, el filial está en condiciones de dar la sorpresa en el Helmántico, un campo grande que servirá de motivación para los pupilos de Luis Bonilla.
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