Carles Pérez es otro de los futbolistas que protagoniza la operación Salida en el Celta. El extremo catalán, fichado por el club celeste el pasado verano tras jugar un año cedido por la Roma, firmó una temporada muy por debajo de lo esperado, y está en la rampa de salida de club vigués, que necesita aligerar con urgencia la plantilla para dar cabida a los fichajes solicitados por Claudio Giráldez.
Y Carles Pérez se está convirtiendo en un problema. Como sucede con Gonçalo Paciência, el Celta está intentando cerrar su salida antes del 30 de junio, pero esto supone un problema, especialmente si la intención es la de recuperar parte de los más de 5 millones de euros invertidos el pasado curso. Si se pretende que salga antes de esa fecha, o se irá malvendido o incluso con una rescisión de contrato que podría implicar una indemnización.
Señala Clemente Garrido en el diario As que ambas partes, club y jugador, están buscando una salida pactada y en la que ambos salgan ganando, pero esto no es tan sencillo en la práctica como en la teoría. La disparatada política de fichajes de los últimos años está convirtiéndose en un tremendo problema para el Celta, que trabaja a contrarreloj para alcanzar los objetivos fijados antes del 30 de junio. Perdón por el spoiler: No lo va a conseguir.
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