Foto: Atlántico Diario |
Claudio Giráldez volvió a hacer cambios con respecto al último partido, con las novedades de Tapia, Hugo Sotelo y De la Torre. También sorprendió con la disposición de sus hombres, ya que Hugo Álvarez comenzó por el carril derecho, con Mingueza por el izquierdo. En el eje de la zaga Manquillo, Starfelt y Jailson. La posición de Hugo Álvarez tuvo mucho dinamismo, ya que en varios momentos parecía actuar más como un extremo que como un carrilero.
Por delante de la zaga otras dos novedades con la presencia de Renato Tapia y Hugo Sotelo, que regresaban al once inicial tras varios encuentros de ausencias por distintos motivos. De la Torre, otra de las novedades como enganche por la izquierda, con Aspas a a la derecha y Strand Larsen en punta de ataque.
La primera parte no se la pondremos a nuestros nietos para mostrarles lo bonito que era el fútbol en los años 20. El Celta salió con poca intensidad, cometiendo errores no forzados, especialmente Jailson, aunque sin centrarnos en el brasileño parecía faltar concentración a todo el equipo. Eso provocó que en los primeros minutos las mejores ocasiones fuesen para el Granada.
Vicente Guaita, afortunadamente de regreso tras su proceso gripal, realizó varias intervenciones de mérito, especialmente un cabezazo que sacó a córner y que apuntaba a acabar en el fondo de las mallas de no se por su intermediación.
Al Celta le estaba costando encontrarse, pero poco a poco fue haciéndose con el balón, y empezó a gozar de alguna llegada, primero intrascendente, y en el tramo final de la primera parte con verdadero peligro. De la Torre tuvo la más clara tras una galopada de Hugo Álvarez, pero no acertó a batir a Marc Martínez, que se convirtió en el héroe de su equipo con varias intervenciones de mérito a disparos de Aspas o Strand Larsen. También Hugo Sotelo tuvo una buena, pero el pase de Larsen no le llegó con ventaja y cruzó demasiado su disparo. Sin goles en el marcador se llegaría al descanso.
Tras el receso movió el equipo Claudio Giráldez, dando entrada a Fran Beltrán y Bamba en lugar de Tapia y De la Torre. Los cambios no modificaron el esquema de un Celta que mantuvo el dominio de los últimos minutos de la primera parte, y alguna que otra llegada de peligro. La más clara en este tramo de partido llegó de la mano de Iago Aspas, que intentó sorprender con un disparo lejano que no encontró portería.
El capitán celeste se entonó y en dos acciones dio la victoria a su equipo. Primero en el minuto 61 con un gran pase a Hugo Sotelo que el canterano convierte en asistencia de gol para Larsen, que ponía el 0-1 en el marcador, que daba la salvación matemática al Celta. Décimo tercer gol del noruego en lo que llevamos de temporada.
Y dos minutos después cayó el segundo, tras otro pase de Aspas, en este caso a Larsen, que el noruego aprovecha para asistir a Bamba, que entró al punto de penalti para situar la ventaja en dos goles. Quedaba por delante media hora, ante un equipo herido como el Granada, y no parecía que tuviese capacidad de reacción, pero el Celta volvió a demostrar que puede hacer posible lo imposible.
Tras varios minutos de siesta, el Granada se activó en el minuto 86, en una acción en la que Guaita despeja de puños, se cae al suelo fuera de su portería, mientras Unai Núñez y Carlos Domínguez se quedan parados viendo en primera fila como Bruno Méndez remata a puerta vacía.
Con el 1-2 el equipo granadinista se vino arriba, y en la siguiente acción Guaita evitó el empate con una acción milagrosa. Lo que no pudo evitar el guardameta fue un penalti en el descuento, golpeando con su puño a Antonio Puertas. La jugada mereció una larga revisión del VAR para juzgar, primero si el 10 del Granada estaba en fuera de juego, y después decidir si era penalti. La acción no admitía dudas y Alberola Rojas señaló la línea de los once metros. Afortunadamente Puertas lo envió al larguero, y así moriría el partido con victoria del Celta.
En realidad lo que pasara en Los Cármenes daba igual ya que el Cádiz fue incapaz de derrotar a la Unión Deportiva Las Palmas. Los amarillos no pudieron ante un rival que tenía cosas en juego, y dan con sus huesos merecidamente en Segunda. De los equipos de abajo solo Las Palmas y Celta se salvaron por méritos propios.
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