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| Foto: Diario de Navarra |
Renato Tapia es el único jugador de la primera plantilla del Celta que termina contrato el próximo 30 de junio. Las dos partes siempre han mostrado públicamente la intención de continuar ligados más allá de esa fecha, pero el tiempo pasa, su fin de contrato se acerca y no se resuelve la situación.
Es evidente que este no es el mejor momento para hablar de futuro. Tanto el club como el propio Tapia están más pendientes de solventar cuánto antes la permanencia que de asuntos contractuales, pero según informó ayer el periodista Marci Varela en Radio Vigo a día de hoy está más fuera que dentro del club.
Según estas informaciones, las posturas entre lo que pide el jugador y lo que está dispuesto a pagar el Celta están bastante alejadas, y añade que las dificultades económicas derivadas del finiquito de Rafa Benítez complican la posibilidad de ofrecerle lo que demanda el internacional peruano.
La cantinela del finiquito de Benítez es algo que probablemente escuchemos mucho durante el próximo verano. Si algo ha heredado la gestión de Marián de su padre es la búsqueda constante de culpables para no poder realizar inversiones económicas. Normalmente suelen culpar a futbolistas de la plantilla que no quieren abandonar el club, el último caso es el de Marchesín, y este verano ya lo tienen solucionado por la barbaridad ofrecida a Benítez, y que ahora tienen que pagar en un solo año. Confiemos en que este desembolso no sea óbice para los habituales créditos blandos al grupo GES.
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