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| Foto: Denis Doyle / Getty Images |
El Celta y Rafa Benítez siguen negociando su finiquito. El pasado viernes hubo una reunión entre las partes en la que no hubo acuerdo, por lo que sigue en el aire el cierre de un acuerdo necesario para que el club vigués pueda inscribir jugadores la próxima temporada. No cabe la menor duda de que se llegará a un acuerdo antes del 30 de junio, pero ambas partes están intentando apurar los plazos para acercarse a sus objetivos económicos.
La disparidad de criterios se basa en ese tercer año, que según el Celta es opcional, es decir que podría ser liberado por ambas partes con una pequeña indemnización, pero según los abogados del preparador madrileño tiene que ser abonado igualmente, a razón de tres millones de euros, que sumados a los otros dos podrían elevar a nueve la cuantía del finiquito del extécnico celeste.
Rafa Benítez pasará a la historia como uno de los peores entrenadores que han pasado por el Celta en su centenaria historia, si nos fiamos de sus cifras. Si añadimos el componente de la relación calidad-precio es indiscutiblemente el peor. Y con mucha diferencia.
Pero una cosa es esto, y otra es lo que tiene que cobrar. Rafa Benítez es responsable de su trabajo al frente del banquillo celeste y de no cumplir las expectativas, pero no lo es de la barbaridad que se le ofreció para llegar a Vigo. Seguramente esa era la única manera de contar con un entrenador con su currículum, pero fue el Celta quien le ofreció y aceptó las condiciones impuestas. Ese tercer año es una cuestión legal que tendrán que dirimir ambas partes. El problema es que el Celta lleva las de perder, porque aún teniendo razón, el técnico apurará los plazos y si la cuestión acaba en la justicia ordinaria se dilatará lo suficiente para que el Celta no pueda inscribir jugadores.
Por eso es muy posible que el Celta acabe cediendo, y posteriormente reclamando ante la justicia. Es más que probable que de entrada tenga que pagar y luego esperar que algún tribunal le de la razón y poder recuperar parte de esa cantidad. Este asunto, como bien sabe Rafa Benítez, se ha convertido en una maratón, y en un proyecto a largo plazo. El madrileño no va a ceder ni un ápice en sus pretensiones, y está en su derecho.
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