Una de las sorpresas en el debut de Claudio Giráldez al frente del Celta fue la ausencia de Miguel Rodríguez en el partido del pasado domingo ante el Sevilla. El redondelano era la pasada temporada uno de los jugadores más importantes del Celta B para el técnico porriñés, y fue titular indiscutible hasta que empezó a jugar con el primer equipo.
Sin embargo el pasado domingo no tuvo minutos. Cuando se lesionó Manquillo, el nuevo técnico celeste optó por poner a Carles Pérez como carrilero, en una posición en la que también podría haber actuado el canterano. Es posible que en ese momento valorase más el hecho de poder recuperar a un Carles Pérez perdido, y no tanto a Miguel, que seguramente está llevando mejor la situación de no jugar desde el mes de enero. Además salió bin, porque el catalán marcó un gol que seguramente le vendrá muy bien para su necesaria mejoría futbolística.
Tiempo tendrá para recuperar a Miguel. El canterano es joven, y aunque la juventud suele ser sinónimo de impaciencia, seguro que entiende que como cualquier futbolista necesita sus tiempos. No tengo la menor duda de que acabará siendo importante en los esquemas de Claudio Giráldez. Sabe lo que le puede dar, y es más que probable que cuente con alguna opción. Tampoco sabemos si realmente ve a Miguel para esa misma posición, o tiene algo diferente pensado para él.
Recién renovado por el Celta, Miguel es una dos pilares del club para los próximos años, aunque en su primera campaña como jugador del primer equipo no esté jugando lo que seguramente él y todos esperábamos. De hecho, desde que subió oficialmente a la primera plantilla, en el pasado mercado de invierno, no ha podido jugar y estrenar oficialmente su radiante dorsal 24. A buen seguro que Claudio Giráldez tiene su nombre escrito en su hoja de ruta.
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