Los 4 responsables del naufragio


Foto: RC Celta

La destitución de Rafa Benítez no es la solución a todos los problemas del Celta. La temporada del Centenario se ha ido complicando, y lo que debía ser un año inolvidable se ha convertido en una tortura para el celtismo, que ha tenido que soportar el juego rácano de su equipo y sobre todo la ausencia de resultados. 24 puntos en 28 partidos en un tesoro muy exiguo para el equipo, que está fuera del descenso porque hay tres equipos que son aún peores. Al menos hasta el momento. 

Pero sería un error pensar que con la marcha de madrileño se resuelven de un plumazo todos los problemas. Aunque Giráldez consiga cambiar radicalmente la suerte del equipo, esos problemas seguirán ahí, y darán problemas en el corto y medio plazo. A continuación vamos a recordar quienes son los culpables. 

Carlos Mouriño 

El autoproclamado Presidente de Honor del Celta fue el encargado de fichar a Luís Campos. Lo presentó como si hubiese descubierto la pólvora, una innovación sin precedentes que permitiría al Celta dar un salto cualitativo. El expresidente céltico anunció su fichaje como si fuese la llegada de un arquitecto que haría grande al equipo. Durante años, además se encargó de mermar al equipo vendiendo a sus mejores piezas, sustituyéndolas por otras que no alcanzaron el nivel, y solo la presencia de Iago Aspas, por la insistencia del jugador, lograron evitar la caída a Segunda División en los últimos años. Dejó la presidencia casi sin despedirse, enfadado con la afición, con un equipo que sigue dependiendo en gran medida de un jugador de 36 años. 

Luís Campos 

Un porcentaje muy alto de los jugadores que componen la actual plantilla del Celta fueron fichados por consejo suyo. Como asesor externo se dedicó a fichar futbolistas con capacidad de revalorización en el mercado, pero olvidó hacer un equipo. El resultado es un equipo plagado de individualidades interesantes, pero muy poco competitivo cuando se junta todo ese talento. Hubiese ayudado que le prestase más atención al club que le pagaba, pero el PSG le pagaba bastante más, y lógicamente le dedicaba más tiempo. Aunque tampoco están muy contentos con él. 

Marián Mouriño

Responsable de la planificación de este verano, algo que se supo a posteriori, a pesar de que ya ejercía como directora general del club tras la marcha de Antonio Chaves. Ella misma se atribuye el fichaje de Rafa Benítez, con un salario prohibitivo y un finiquito en caso de despido que dejará al Celta muy tocado a nivel económico, y con poco margen de maniobra en los próximos mercados. Toda una hipoteca, aceptada por ella y su padre. Ante la completa inutilidad de Campos, decidió despedirlo a una semana para la apertura del mercado de invierno, por lo que Benítez quien lideró los primeros fichajes: El gran Jailson Marques, y Javier Manquillo, jugadores a los que había entrenado en el pasado. Allende parece cosecha de Marco Garcés.  Tardó mucho en despedir a Campos, y es posible que haya cometido el mismo error con Rafa Benítez. 

Rafa Benítez 

De todos quizás sea el menos culpable, pero su trabajo tampoco es para sacar pecho. Se va como uno de los peores entrenadores del Celta en su centenaria historia, firmando cifras vergonzosas con un presupuesto muy superior a la mayoría de los rivales con los que se va a jugar la permanencia. Aunque no es totalmente responsable de la planificación, sí participó en los fichajes del mes de invierno, renunciando a firmar a un futbolista creativo para el centro del campo. El fichaje de Manquillo parecía necesario, pero al equipo le falta algo en la medular, y lo ha pagado en muchos partidos. Por otra parte, en 8 meses no ha sido capaz de sacar rendimiento a la plantilla, a pesar de ser, con mucha diferencia, el técnico más caro en la historia del club, y a pesar de eso seguramente saque pecho en los próximos meses por ser despedido estando fuera del descenso. 

De los tres responsables solo queda una en el club, y ahora todas las miradas apuntan hacia ella. El primer año de un presidente siempre es complicado. En su primer año como directora de Marketing pidió a la afición que llevase ajos, patas de conejo y cualquier amuleto que tuviesen en casa como solución a los problemas deportivos del equipo. Sorprendentemente el equipo acabó descendiendo a Segunda División a pesar de esta infalible conjura. Si ya no podemos creer en la magia y la superstición es que el fútbol se está volviendo completamente loco. 

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