Desde hace varios años se venía hablando de la generación de 2003, una de las más prolíficas en la historia del Celta. La Quinta de los Hugos, liderado por Sotelo y Álvarez, dos futbolistas con un tremendo talento, a los que acompañan otros jugadores de no menor calidad, que apuntan a marcar una época en el club.
Esa generación venía apuntuando desde hace tiempo. Coudet ya contaba con ellos en los entrenamientos en el año 2021, y esa misma temporada hizo debutar a Hugo Sotelo, y a Hugo Álvarez en la siguiente campaña. A ellos se suman otros jugadores como Yoel Lago, Javi Rodríguez, Tincho o Damián Rodríguez, que hoy vivió su debut en Primera División de la mano de Claudio Giráldez.
La llegada del técnico porriñés ha adelantado el inevitable proceso. A Rafa Benítez no le gustaba que le echasen en cara que no contase con la cantera, pero no se atrevió a dejar volar a unos jugadores que estaban más que preparados para el reto. Prefería otras opciones, pero el cambio de técnico ha sido el comienzo de algo que puede ser muy grande si nada se tuerce.
Hoy apostó de inicio por Hugo Álvarez y por Sotelo. El primero completó un partido espectacular, como si llevase jugando toda la vida en campos de Primera División. A Sotelo ya lo conocemos y sabemos lo que puede dar, y hoy volvió a demostrarlo con un partido muy serio, trabajando increíblemente en la recuperación de balón, además de darle criterio al juego. Un perfil que el Celta no tiene cubierto en la primera plantilla.
Mención aparte merece Damián Rodríguez, que saltó al terreno de juego con empate en el marcador, en un momento muy delicado y pareciese que acumulaba 200 partidos en la máxima categoría. El de Ponteareas mantuvo la calma en todo momento, hizo circular el balón y fue clave cuando el equipo necesitaba pausa y defender con el balón en los minutos finales tras el gol de Strand Larsen.
Más allá de los tres puntos conseguidos, y con independencia de ellos, este domingo es muy importante para el futuro del Celta, que por fin lo tiene. Un técnico joven, con una apuesta valiente y bonita, que apueste por los chicos de la cantera, y que sale mucho más barato que su prestigioso predecesor. Cuenta además con mimbres, a los que conoce muy bien porque los ha entrenado los últimos años. La quinta de los Hugos ya es una realidad.
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