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| Foto: Octavio Passos / Getty Images |
Se esperaba con gran expectación al nuevo Celta de Claudio Giráldez en Balaídos. El gran partido disputado hace 15 días en Sevilla encendió de nuevo la ilusión entre el celtismo, algo que se pudo ver en la venta de entradas para este encuentro, agotadas el pasado lunes, y que se confirmó en el estadio, con un gran ambiente y ovación cuando se nombró a Giráldez por la megafonía tras la presentación de los equipos.
No acompañó el resultado, y tampoco el juego del equipo enamoraría a la afición, pero en todo caso el equipo celeste mereció mejor suerte, y de no ser por la mala fortuna o algún error arbitral, los tres puntos se quedarían en casa. Además, el juego del equipo fue de menos a más, y acabó siendo merecedor de mejor fortuna, e incluso rozó el final épico con el último disparo de Carles Pérez que se estrelló en el larguero.
En todo caso, el Celta de Claudio Giráldez sigue teniendo crédito. La afición valora la entrega de los jugadores y la apuesta futbolística. Todos somos conscientes de que vendrán días mejores y también peores, pero la sensación es que con este técnico todo hubiera sido diferente en este frustrante año del centenario. Y eso es algo que el celtismo está valorando, por lo que la ilusión en el proyecto sigue intacta.
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