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| Foto: Octavio Passos / Getty Images |
Brais Méndez ya ha hablado en varias ocasiones de su sufrimiento durante su etapa como jugador del Celta. Hace unos días concedió una entrevista al medio británico “The Athletic”, en la que se sinceró sobre su paso por el club celeste:
“Estuve temporadas luchando por no descender y no vivía. Estaba toda la semana pensando en los resultados que necesitábamos para salvarnos, en qué mejorar, eran noches de insomnio total. Los cantearnos fueron los que más culpas asumieron. Nunca se lo he contando a nadie, pero recuerdo una noche antes de un partido con el Celta, sobre las cuatro de la mañana me desperté y empecé a vomitar. Fue una situación complicada”, recuerda.
El canterano recordó una vez más como se portó una parte de la afición del Celta con él: “Me han insultado, incluso he recibido amenazas de muerte porque las cosas no salían un domingo. Disfrutaba mucho entrenando, pero no quería que llegase el fin de semana. Los días de partido sentía miedo, presión. Estaba tenso. Es una carga que se había cada vez más grande, más grande”, lamenta el de Mos.
La pandemia supuso una pequeña liberación para el canterano, que durante una temporada y media pudo jugar a puerta vacía en Balaídos. En ese periodo llegó Eduardo Coudet, que lo hice crecer mucho como futbolista, y cuando el público regresó al estadio su crecimiento le concedió cierta tregua por parte de la afición. En el verano de 2022 se marchó a la Real Sociedad a cambio de unos 13 millones de euros. Allí está ofreciendo un excelente rendimiento, manteniendo el nivel que había mostrado durante su estancia en el Celta.
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