El Colapso


Foto: Jorge Landín / Marca

La culpabilidad es algo muy español desde el punto de vista histórico. Hemos usado la culpabilidad y las cabezas de turco más que los propios otomanos. Lo cual, por cierto, tiene bastante guasa. Bromas raras de la historia.

Hemos usado la busqueda a ultranza de la culpabilidad sin complejos. Con todo tipo de fines dependiendo de la situación y de la persona que ejecuta la acción.  Algunas posibles razones para señalar un culpable pueden ser nobles o abyectas. O simplemente pueden tener el efecto demostrativo de un defecto repetido en el tiempo. Porque un defecto repetido en el tiempo no es un defecto: es un síntoma. Una redundancia en el error. Como el agua sobre la piedra. Haciendo surco.

Como la carcoma. Como el cáncer y la metástasis.

En la búsqueda de culpables del desaguisado del primer equipo en esta temporada encuentro nombres propios. Marían Mouriño ha engendrado el proyecto de este año. Nos desayunábamos hace no demasiadas fechas con esa información. Marían Mouriño ejerce de presidenta y gerente a todos los efectos y está personalmente detrás de las responsabilidades derivadas de este proyecto deportivo. Y antes de que alguien piense que es una aseveración mía, pongo pruebas.

https://www.marca.com/futbol/celta/2023/06/20/64915911e2704e2b178b45ae.html

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/gradario/2023/07/17/efecto-marian-mourino/0003_202307V17D5991.htm

Es decir, la creación de este equipo es parte de su idea de gestión deportiva de la entidad. Incluso se ha atrevido, dado su ‘vasto’ conocimiento del entorno deportivo (aclaro por si acaso que estoy siendo irónico) responsabilizarse de la contratación del actual míster tal y como dijo El periódico el 23 de Septiembre en este artículo:

https://www.elperiodico.com/es/deportes/20230923/rafa-benitez-plenos-poderes-celta-obseso-futbol-92424765

Probablemente lo que menos necesitaba el Celta era una contratación de un profesional caro, en un evidente declive de su carrera, con métodos cuestionables y cuestionados. La perspectiva de esta contratación aparenta invocar al mismo diablo y ser la antítesis del fútbol que ha desarrollado el equipo en los últimos ocho o nueve años.  Alguien tendría que explicar el  por qué. Y es muy necesario que alguien lo haga porque desde el punto de vista de cualquier aficionado que haya visto al Celta, este engendro es absolutamente incomprensible.

El paradigma para el Celta de los Mouriño (padre e hija) es algo sabido. Es un modelo capitalista, en cierta forma casposo y distópico, continuista; basado en una gestión deportiva inexistente y con mucha improvisación y carencia analitca. Con una ambición deportiva tendente a los mínimos.Con la  cobertura de expediente de permanencia y gracias. 

En realidad, viven plácidamente en un entorno poco exigido. En mejores situaciones he visto yo pañoladas completas en Balaidos. Cada uno sabrá por qué.

El colapso de esta política de club es evidente. Se veía venir en los últimos años, con desvaríos propios y diversos. Para los anales de la historia futbolística de este pais quedarán las ruedas de prensa del todavía presidente. Sentarán cátedra de lo que nunca debe hacerse en una rueda de prensa. Aquellas salidas de pata de banco, aquellos dedos acusadores a determinados jugadores, aquellas tácticas de 'o haces lo que te digo o vas a grada' están en la hemeroteca. Ahí quedarán para siempre. 

Viene reforzado este diagnóstico con el evidente proceso de implosión económica en el futbol español, que se mantiene ‘saneado’ gracias a una anorexia en lo económico presidida y perpetrada con mano de cirujano por señores que jamás tocaron un balón pero bebieron de los orines de Milton Friedman o Friedrich von Hayek como si fuesen ambrosía.  Pero que, de fútbol, de espectáculo, de aficionados, de pasión y de sentimiento no tienen ni pajolera idea. Ni ganas de tenerla. Para estos mequetrefes de despacho y coche de lujo la solución del fútbol español, de nuestra bulimia productiva, pasa por meter una cámara en el vestuario. Sois unos genios. Pedazo de cerebros rigen el deporte rey. 

Y volviendo a lo dicho: el colapso sistémico se veía venir. Lo amasó el padre con mano de hierro en los últimos años. Con mano de hierro y cerebro de plomo. Lo está cociendo la hija en el horno con sus decisiones basadas en la nada y haciendo gala de un conocimiento que es evidente que no tiene. El colapso tiene raíz en sus caprichos personales y en el desconocimiento absoluto de la materia. La deflagración se aproxima. El colapso de todo lo que hemos conocido en una década y pico. Ojalá me equivoque, como otras veces. No saben cuanto lo deseo. 

También viene noviembre. ¿Saben lo que suele pasar en Noviembre en este equipo?  Pues eso. Eso también viene. El culpable buscado cae. O el cabeza de turco. Ustedes deciden quién es quién.  Los verdaderos culpables quedarán a salvo. Al menos, de momento.


Artículo de Fran Lamas, miembro de Resistencia Celta

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