El gran héroe inesperado


Foto: EFE

En medio de la euforia por la celebración del triunfo conseguido anoche en Almería, Luca de la Torre, pensando en su ración de pulpo, le espetó a Swedberg: "Pierdes la pelota quince veces y luego marcas". Una lectura hecha a 3000 revoluciones, pero precisa y perfectamente definitoria de lo que fue el partido del sueco. 

A Rafa Benítez le gusta el joven futbolista. Lo demostró durante la pretemporada y sigue haciéndolo ahora, dándole minutos que no son de la basura, y apostando por él como el primer cambio cuando las cosas parecían complicarse. Irónicamente, Swedberg acabó dándole la razón al madrileño tras quitársela cada vez que tocaba el balón. 

Y cuando nadie lo esperaba, se vistió de héroe, como en aquella maravillosa serie de los 80 en la que Wiliam Katt se disfrazaba del gran héroe americano. Cierto que al principio le costó adaptarse a su nuevo rol, y hasta sufrió más de la cuenta, pero acababa siendo lo que quizás nadie esperaba de él. A Swedberg, que hasta guarda cierto parecido físico, tampoco lo esperaba nadie ayer pero apareció. Porque eso es lo que hacen los héroes: Aparecer, sin más. 

Más allá de que es evidente que tiene muchas cosas que mejorar, el gol de ayer tiene un valor que trasciende a los tres puntos que se trajo el equipo para Vigo. Es la evidencia de que en Swedberg hay un gran futbolista en potencia, que tiene gol, que sabe moverse y anticiparse, y que puede ocupar ese rol secundario que tanto necesita el equipo en los últimos años. 


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