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| Foto: Gualter Fatia / Getty Images |
El Celta cayó derrotado en el segundo partido de pretemporada, ante un Benfica que resolvió el torneo en los últimos minutos. Primero con un gol que llegó tras un penalti señalado tras consultar al VAR. Sí, al VAR. Un claro penalti que no había visto en directo el colegiado y que transformó Di María. En la siguiente acción, justo tras el saque de centro, un fallo de concentración le costó el segundo gol a un Celta, que ya había bajado los brazos tras el tanto de penalti.
Rafa Benítez optó por repetir prácticamente el mismo once que salió de inicio el pasado lunes ante el Al Nassr, con Iván Villar en portería, defensa para Kevin, Aidoo, Carlos Domínguez y Fontán. En la sala de máquinas Fran Beltrán y Hugo Sotelo, con Carles Pérez y Luca de la Torre por banda, y arriba Iago Aspas y Strand Larsen, que fue la novedad respecto al anterior partido, quedando fuera Paciência, que no pudo jugar por problemas musculares. Por el mismo motivo tampoco participó en el partido Miguel Rodríguez.
La primera parte no pasará a la historia del fútbol. Los dos equipos se respetaron demasiado y las ocasiones brillaron por su ausencia. El Celta no tuvo ninguna realmente clara, y el Benfica un par de ellas, bien sacadas por Iván Villar, aunque sin ser excesivamente peligrosas. Poco o nada para ambos equipos.
Tras el descanso Benítez movió ligeramente el banquillo, aunque mantuvo en el campo a varios jugadores que salieron de inicio, como Iván Villar, Aidoo, Fran Beltrán, Hugo Sotelo o Strand Larsen. Los que entraron de refresco fueron Mingueza, Unai Núñez, Sergio Carreira, Swedberg y Jonathan Bamba, que de este modo hacía su debut con el Celta.
La segunda parte fue un poco más entretenida, aunque tampoco para echar cohetes. El Celta mantuvo la firmeza defensiva de la primera parte hasta los últimos minutos, pero se mostró carente de mordiente en ataque. La única ocasión meridianamente clara llegó tras un robo de Swedberg, que no supo resolver el jugador sueco ante Odyseas.
En los instantes finales del encuentro el Benfica aumentó el ritmo y cercó la portería de Rubén, y se encontró con un fallo defensivo del Celta para adelantarse en el marcador. Gael, en su intento de despejar, golpeó a un rival, y tras revisión del VAR, el colegiado señaló la pena máxima que transformó en gol Di María. Y justo tras el saque de centro llegó el 2-0. Tapia recibió el balón, y dejó un pase muy flojo al que no llegó Gael, anticipándose el croata Musa para plantarse ante Rubén y batirlo con una sutil vaselina poniendo el 2-0 que ya sería definitivo, y que no había justicia a lo visto sobre el terreno de juego.
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