Una patata caliente llamada Santi Mina



Tras su cesión en el Al-Shabab, Santi Mina regresa a Vigo para convertirse en una de las patatas calientes del Celta en este verano. El futbolista vigués sigue perteneciendo al club celeste, con quien tiene contrato hasta el 30 de junio de 2024. También tiene una condena pendiente de cumplir de cuatro años de cárcel por abuso sexual. La resolución a su caso, tras las pertinentes reclamaciones realizadas por ambas partes, no llegará antes del próximo mes de octubre. 

El delantero fue apartado nada más conocerse la sentencia del tribuna que lo juzgó, y el verano pasado acabó saliendo cedido al Al-Shabab, de Arabia Saudí, donde marcó 7 goles en 31 partidos oficiales. 

Obviamente no tiene sitio en el Celta, qué ahora debe decidir qué hacer con él. Le queda un año de contrato, y aunque la intención siempre fue evitarse la indemnización de su despido, informa Óscar Méndez en Relevo que ya hay voces importantes dentro del club que abogan por despedir al futbolista, abonándole lo que se le adeuda hasta el vencimiento de su contrato. Una postura que difiere con la de Carlos Mouriño, que en público ha comentado que eso sería un “premio” que no merece el futbolista. 

Eso sí, lo lógico es que el Celta agote todas las vías para una nueva cesión, aunque las opciones de que algún club acepte son mínimas teniendo en cuenta que en octubre puede tener la orden de ingresar en la cárcel para cumplir su pena, más allá del hecho de que ningún club en España estaba interesado el pasado curso por sus antecedentes. 

Si algún equipo muerde el anzuelo, el Celta se libraría de su ficha sabiendo que ya no regresará a Vigo porque su contrato termina al final de la temporada. También puede esperar a que llegue el mes de octubre. Si se determina su ingreso inmediato en la cárcel, quedaría liberado sin pagar indemnización. 

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