Foto: Juan Manuel Serrano Arce / Getty Images |
La expulsión de Renato Tapia es otro de los episodios negros que ha vivido el Celta en los últimos años con los arbitrajes. El poco respeto que infunde el club ha vuelto a materializarse este sábado con otra expulsión muy rigurosa, de esas que nunca suceden a determinados equipos.
Corría el minuto 75 de partido cuando Renato Tapia cometió una falta sobre un contrario sancionada con tarjeta amarilla por parte de Ortiz Arias. Renato Tapia protesta, sin hacer demasiados aspavientos, la decisión del colegiado, que de forma sorprendente muestra una segunda amarilla. Lo lógica sería pensar que el internacional peruano ha insultado o menospreciado al árbitro, aunque ya resultaba sorprendente que en ese caso no hubiese visto una roja, sino una segunda amarilla.
La redacción del acta delata al colegiado: “En el minuto 74 Tapia Cortijo, Renato Fabrizio fue amonestado por el siguiente motivo: Poner objeciones a una decisión mía, tras haber sido amonestado.
Poner objeciones. Seguro que todos recordáis como jugadores del Real Madrid o Barcelona rodean al árbitro cada vez que señala algo con lo que no están de acuerdo. Cualquiera podría pensar que están poniendo objeciones, pero no suele tener consecuencias. Son esas pequeñas cosas a las que el VAR no puede llegar.
Además, el colegiado recoge en el acta que Tapia “una vez expulsado y estando aún sobre el terreno de juego se dirigió a mí en los siguientes términos: “!Qué prepotencia!”.
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