Foto: AFP |
En la Temporada 2019-20 el Celta acudió al mercado de invierno para intentar corregir los problemas del equipo en la clasificación. En ese mercado llegaron Murillo, Smolov y Filip Bradaric, un mediocentro croata que llegaba a Vigo cedido por parte del Cagliari para paliar la baja de Lobotka, que se había ido traspasado al Napoli.
El internacional croata llegaba a Vigo con una opción de compra de 6 millones de euros. Bradaric tardó en entrar en el equipo. Se quedó fuera ante Eibar y Valencia, a pesar de que estuvo en el banquillo, y sería ante el Sevilla cuando llegaría su debut a 20 minutos para el final del partido. El Celta perdía aquel partido, que acabaría remontando en los últimos minutos, siendo el croata uno de los más destacados en la medular.
El nuevo fichaje celeste podía jugar tanto como pivote posicional, como de interior. Dotado de buen toque de balón, y un gran disparo desde fuera del área, sus condiciones ayudaban a un equipo que huía del descenso y había crecido tras la llegada al banquillo de Óscar García Junyent.
Uno de sus peores recuerdos como jugador del Celta llegó el 22 de febrero de 2020. Aquel día visitaba Balaídos el Leganés, uno de los grandes rivales por la permanencia. El partido estaba igualado cuando el jugador fue expulsado en el minuto 21 por una polémica acción. La revisión del VAR confirmó la tarjeta roja para el croata, que dejaba al equipo con uno menos.
En marzo llegó la pandemia de Coronavirus, la paralización de La Liga y el confinamiento por el estado de alarma. Bradaric lo pasó en Vigo acompañado por sus preparador físico. Fueron momentos complicados para él, confinado en una ciudad que no conocía y separado de sus seres queridos.
El fútbol volvió y Bradaric fue importante en los últimos partidos, aunque nunca llegó a tener la condición de titular. Okay y Fran Beltrán le ganaron el pulso en los partidos decisivos, a pesar de una gran actuación del croata en Mallorca, donde fue el mejor de un Celta que recibió una goleada dolorosa (5-1).
Aunque de forma agónica, el Celta logró la salvación en la última jornada. Se especuló con la posibilidad de que el club intentase retener al futbolista, pero finalmente decidió desechar esta posibilidad. Bradaric regresaba al Cagliari a la espera de saber qué planes tenía el equipo italiano para él.
En la siguiente temporada fue cedido al Al-Ain, de Arabia Saudita, donde jugó durante una temporada, disputando 25 encuentros. Terminado esa temporada otro equipo saudí, el Al-Ahli Jeddah pagó 2 millones de euros por sus servicios. En la pasada campaña disputó 26 partidos, anotando 2 goles, y al final de la misma quedó libre tras rescindir su contrato. Desde el mes de septiembre está sin equipo a sus 30 años, todavía con mucho fútbol en sus botas.
Ficha de Bradaric en Yo Jugué en el Celta
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