Después de estar ausente de los dos últimos partidos del Celta por problemas físicos, Iago Aspas regresó este sábado en el amistoso ante el Wolverhampton, disputado en el Molineux Stadium. El moañés lo hizo por todo lo alto, anotando un gol desde los once metros, como ya hizo en el primer amistoso ante el Atlético Sanluqueño.
Al margen de este hecho, Iago Aspas mostró que está totalmente recuperado de esos problemas físicos, y sobre todo que está listo para el debut liguero el próximo fin de semana ante el Atlético de Madrid. El moañés estuvo muy activo, especialmente en la primera mitad, asociándose como en él es habitual, y dejando detalles interesantes para hacer su notar su calidad a los hinchas ingleses.
Pudo incluso anotar un segundo tanto en la reanudación, pero su disparo fue demasiado flojo y el guardameta no tuvo problemas para detenerlo. También en la segunda mitad perdió los nervios ante el juego casi violento del equipo británico, y fue castigado por ello con una tarjeta amarilla.
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