Internacionales del Celta | #4 Pahiño


Foto: Pahiño junto a Miguel Muñoz

Con el debut de Fran Beltrán con la selección absoluta, ya son 22 los jugadores del Celta que son internacionales vistiendo la camiseta celeste. En los siguientes días repasaremos cuales han sido estos futbolistas, acercándonos un poco a su trayectoria deportiva. 

#4 Pahíño

Gran delantero, jugó en el Real Club Celta de Vigo, Real Madrid, y Deportivo, además de participar en 4 ocasiones con la selección española. Su carrera deportiva se produjo durante los años cuarenta y cincuenta, en la que se destacó como un prolífico goleador, consiguiendo el trofeo Pichichi en dos ocasiones, en 1948 mientras jugaba en el Celta y en 1953 en su etapa en el Real Madrid.

Fue uno de los delanteros más aguerridos del fútbol español, un hombre que jamás escondió la cara dentro y fuera del campo. Perteneció a una estirpe de futbolistas diferentes en un fútbol muy diferente. El mismo Pahiño recuerda que el fútbol que él jugaba no tiene nada que ver con el actual. Como anécodta cuenta que un entrenador que tuvo en el Celta le exigía tirar un determinado número de veces a portería. Si no alcanzaba el mínimo, era multado.

Inició su carrera deportiva en el Arenas de Alcabre, desde el que pasó al Juventudes de Vigo. Pahiño creció en una época complicada. Ayudaba a su familia con el trabajo en el campo, que tenía unos terrenos y sembraban paran subsistir. Los ecos de la terrible posguerra.

Pahiño pedía permiso a sus padres para que le dejaran ir a la playa a jugar al fútbol con otros niños. Con 18 años, el Salamanca lo quiso fichar, pero a su madre no le gustó que se fuera de casa.

Con su padre, acudían cada domingo a Balaidos a ver al Celta. Veía a grandes jugadores de la época. Idolos como Nolete, Zamora, Scarone, que más tarde dejarían de serlo para convertirse en sus compañeros.

Con 19 años es requerido por el Celta de Vigo, que en aquellos tiempos vivía sus mejores años en Primera División. El fichaje del Celta fue complicado, e incluso intervino el cura para que se pudiese ir a jugar allí, como recuerda el propio Pahiño.

Desde la primera temporada será titular indiscutible. Su poderoso remate con las dos piernas y su más que aceptable remate de cabeza hacen que todas las miradas se depositen en él. Pahiño es un goleador nato, temible dentro del área, valiente, combativo, de los que no esconden la cara.

Esta valentía la pagó cara, con la lesión más grave de su historia. Fue frente al Granada, en partido de promoción a Primera, jugado en el Metropolitano de Madrid. Se jugaba el minuto 40 de la primera parte con ventaja del Celta por 2-0, ambos marcados por Pahiño, cuando en una media vuelta recibió un plantillazo del granadino Millán González. El resultado de aquella entrada fue fractura de peroné. Sin embargo, el entonces técnico del Celta, Moncho Encinas, le vendó la pierna y le animó a seguir jugando. Pahíño demostró estar hecho de un temple especial y aguanto todo el partido. El Celta ganó 4-1. Testigos de aquella jornada relatan que al final del partido la tibia le llegaba a la planta del pie.

Pahiño logró el primer título de “Pichichi” en la temporada 1947/48, al conseguir 23 goles. Colaboró de esta forma a que el Celta lograse su mejor clasificación de la historia, terminando en 4ª posición (al igual que en la 2002/03). Además, el club celeste consiguió llegar a la final de la Copa del Generalísimo, que perdió ante el Sevilla (4-1).

Sin embargo, esta entrega al club celeste, en el que llevaba cinco años, no tenía compensación en la parte económica. El jugador era con mucho uno de los peores pagados en el equipo. El hecho de reivindicar unos honorarios como los que cobraban algunos compañeros que luego se pasaban la campaña en el banquillo de los suplentes, le creó un conflicto con el Celta.

Fue tachado de “polémico”, “antigallego” y “rebelde”, lo que le hizo meditar seriamente dejar el fútbol, pero la fe en unos ideales que consideraba justos le animó a seguir luchando. Cedió en sus exigencias y jugó desde el primer minuto fue uno de los fijos de Ricardo Zamora, por aquellos tiempos entrenador del Celta.

Al finalizar la temporada, el Real Madrid inicia las gestiones para contratar a los mejores puntales del Celta: Pahiño, Miguel Muñoz y Alonso. Los dos primeros firman con el club blanco, y Pahiño se ganó el respeto y la admiración de la afición madridista por su innegable entrega dentro del terreno de juego.

A pesar de los durísimos marcajes a los que fue sometido Pahiño, mantuvo intacta su condición goleadora, llegando a lograr el título de máximo goleador de la Liga 1951-52, con 28 tantos, convirtiéndose así en el segundo “pichichi” de los que ha tenido el Real Madrid a lo largo de su historia. A título colectivo su mayor logro fue la conquista de la Pequeña Copa del Mundo, disputada en Caracas, ante el Botafogo, Millonarios y Lasalle.

A la finalización de su contrato, el Real Madrid le ofrece la renovación por una campaña más, como se venía haciendo con aquellos jugadores que cumplían la treintena de años. Pahiño exigió una renovación por tres temporadas y el Madrid fiel se negó, con lo que al final el vigués hubo de abandonar el club.

Pahiño firmó por el Deportivo, donde estuvo dos años. Se retiró en el Granada. En su carrera fue cuatro veces internacional A, una cifra muy corta para sus grandes méritos, pero su sinceridad y valentía al decir las cosas le vetaron muchas jornadas de gloria con la camiseta de España. En su lugar jugaron, de manera injusta, hombres que o eran mucho peor que él o que no estaban en la forma necesaria para hacerlo. Pahiño, que siempre tuvo la sinceridad como bandera, solía decir: “gocé del peor de los amores, el amor propio”. Fallece el 12 de junio de 2012 a los 89 años de edad.

Ficha de Pahiño en Yo Jugué en el Celta


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