Esta temporada los colegiados tienen instrucciones precisas sobre como actuar con los pisotones en el talón de aquiles. Contrariamente a lo que se piensa, no es que la norma haya cambiado este verano, lo que ha cambiado es la aplicación estricta de la misma. Los colegiados, que tienen reuniones con los jugadores antes de comenzar la temporada, fueron muy claros con este asunto y lo cumplen a rajatabla, aunque no siempre.
Ese es el problema. Lo vimos en la primera jornada en Balaídos, cuando expulsaban a Modric por una acción similar a la de hoy, y en otras jugadas esta temporada, pero los árbitros no siempre mantienen el mismo criterio. Ayer, el colegiado del Barcelona - Valencia no expulsó a Maxi Gómez por una acción idéntica, incluso más clara que la de hoy de Jorge Sáenz. Tampoco el VAR entró en acción.
Pero no hace falta irse a otro partido, en el de esta tarde hay una acción sobre Santi Mina muy similar, y ahí ni el árbitro hizo nada, ni el VAR consideró que debía ser revisable. ¿Por qué?. Esta medida es muy peligrosa por lo que supone a la hora de dar ventaja a unos equipos sobre otros. Si se aplica solo puede ser de forma precisa y perfecta. Si solo se pita en ocasiones, acabará siendo una tremenda injusticia.
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