Peor imposible

Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo

El mercado de invierno ofrece a los clubes que no han hecho bien las cosas durante el verano una segunda oportunidad para rectificar y mejorar al equipo. En Casa Celta nunca han sido muy favorables a arreglar en enero lo estropeado en el verano, y siempre se ha optado por trabajar bien en el mercado estival para no estar apurados en el mes de enero. 

Y casi siempre ha salido bien. En el mes de enero se opta por un perfil muy bajo de contrataciones, preferentemente cesiones y a bajo coste. Otros años no era necesario invertir demasiado, pero este mes de enero ya se veía que la cosa no iba bien. La lesión de Iago Aspas destapó todas las carencias que sus goles tapaban. El equipo tenía un serio problema y cada vez se acercaba más a la zona de descenso. 

El Presidente llegó incluso a convocar una rueda de prensa en la que venía a decir que le habían visto las orejas al lobo y que se iban a poner manos a la obra para reforzar el equipo. No lo hicieron. Al contrario, debilitaron aún más a un equipo que se caía a pedazos. 

El análisis del mercado de invierno es lamentable, y vamos a desgranarlo posición por posición. 

defensa

Uno de los grandes problemas del Celta en los últimos años es la zaga, y lo estaba siendo también esta temporada. Tanto Mohamed como Cardoso no encontraban la forma de evitar una sangría goleadora tras otra. ¿Qué hizo el club en el mes de enero?. Debilitar aún más la defensa. 

Uno de los grandes problemas era el lateral izquierdo, donde Juncà coleccionaba críticas. En el mes de enero el Celta dejó salir a dos laterales izquierdo: Mazan, cedido al Venezia, y Junior Alonso, que empezó jugando en esa posición, y que se iba a Boca Juniors desvinculándose del club. En su lugar llegó Olaza, un fichaje low cost que no ha debutado casi tres meses después de su fichaje. De hecho, no ha entrado en una sola convocatoria. El Celta perdió un hombre en esta posición, y además parece ser peor que los dos que se marcharon. Juncà sigue jugando, y su lesión en el Bernabéu deja al Celta sin un jugador específico para esta posición. Salvo Olaza, claro. 

Para el centro de la zaga se hizo con el fichaje de Hoedt, a priori el más acertado del mercado de invierno, pero perdió a dos jugadores en esta demarcación: Roncaglia, que se fue cedido al Valencia, y Junior Alonso, que pese a jugar casi siempre de lateral es defensa central. 

centro del campo

La posición en la que menos cambios se han producido. No se fue ningún jugador y llegó Boudebouz, que es más de lo mismo que ya tiene el Celta en esas posiciones. 

DELANTERA

Con Iago Aspas lesionado, el Celta se vio obligado en muchos partidos a inventar soluciones para seguir jugando con dos delanteros, los únicos que tenía en la plantilla. Así pudimos a ver a Beltrán, Brais o Boufal jugar al lado de Maxi Gómez sin éxito en ninguno de los casos. 

El Celta renunció a fichar un delantero, porque estaba buscando algo bueno, bonito y gratis, y así es complicado. 

Lejos de reforzar esta posición se debilitó con la salida de Dennis Eckert, sorprendentemente cedido al Excelsior de Rotterdam. Cuando se hizo oficial la salida todos esperábamos que llegase un delantero. Llegó Boudebouz. La situación alcanzó el ridículo ante el Levante, cuando la sanción de Maxi hizo que el equipo saliese a ese partido sin un solo delantero. Perdió 1-4, y el gol llegó de penalti. 

Ahora, a diez jornadas para el final del campeonato ocupa puestos de descenso. Y hay que reconocer el mérito de la dirección deportiva en este “logro”. Así como en otras ocasiones hemos elogiado su trabajo, en este caso no cabe más que criticarlo. Pero eso sí, hay que tener en cuenta que la dirección deportiva trabaja con el dinero que le permite hacerlo el club. En este caso nada, así que bastante han hecho. 

Lo barato sale caro. Y tanto, pero en Príncipe parecen más preocupados por su pelea con Abel Caballero, su ciudad deportiva de Mos, y otros negocios. En algún momento se han olvidado que lo más importante en un club de fútbol es el partido del próximo domingo.