Michu fue uno de los jugadores más destacados del Celta durante la travesía por el desierto en la Segunda División entre 2007 y 2012. El futbolista asturiano llegó al Celta para jugar en el filial, donde compartió vestuario con jugadores importantes como Iago Aspas, Goran Maric, Dani Abalo o Yoel, entre otros, subiendo al primer equipo en el mes de marzo de 2008, de la mano de Antonio López.
Después estaría otras tres temporadas completas antes de fichar por el Rayo Vallecano en el verano de 2011, tras quedar libre con el Celta. El ex céltico recuerda en Mundo Esférico su paso por el Celta, en una entrevista de la que se hace eco El Desmarque.
El centrocampista considera que a pesar de estar en Segunda División estuvo rodeado de muy buenos futbolistas “porque al final estás en un club muy grande”, y destaca que “era poco habitual que el Celta estuviese en Segunda División, porque es un equipo que venía de descender mientras jugaba la UEFA y eso no es algo muy normal”.
Michu recuerda con cariño su paso por Vigo, y lamenta no haber podido lograr el ascenso: “Me quedaba un paso y era haber jugado con el Celta en Primera División. Fui muy feliz en Vigo, me sentí muy querido y fue una pena no haber podido jugar con el Celta en la máxima categoría”, comenta.
Precisamente cuando más cerca estuvo fue en aquella famosa tanda de penaltis ante el Granada, con Michu como protagonista: “Yo tuve la opción. Yo chutaba para ganar y fallé antes que Catalá, y bueno, al final el sueño de Primera estaba cerquita. Yo sabía que el Celta quería contar conmigo para el año siguiente, aunque no había jugado mucho ese año con Paco Herrera, pero al final el fútbol es así”, concluye.
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