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| Foto: Faro de Vigo |
Antonio Mohamed lo advirtió en la previa, cuando se refirió a Emre Mor asegurando que podría contar con una oportunidad ante el Alavés. Y el preparador argentino cumplió su palabra dando entrada al turco-danés en la segunda mitad, con casi media hora para intentar cambiar la suerte del Celta.
No lo logró, pero la participación de Emre Mor es un canto a la esperanza. Es cierto que ayer no era el mejor día para cautivar a la afición, que lo recibió con una sonora pitada, no solo por su entrada sino porque el respetable no estaba de acuerdo con el cambio al retirar del terreno de juego a Fran Beltrán.
Pero también algunos de los pitos iban dirigidos exclusivamente al internacional turco, que no ha justificado la inversión realizada por el Celta. Lo mejor de la noche fue comprobar como Emre Mor pudo cambiar algún silbido por aplausos después de alguna arrancada interesante. A día de hoy nos conformamos con poco, pero lo que hizo ayer se acerca más a lo que esperamos de él que lo que se pudo ver ante el Espanyol en la que hasta anoche era la última participación de Emre Mor con la camiseta celeste.
El extremo actuó primero por la banda derecha y después por la izquierda. Le puso empeño y voluntad, y su actuación, sin ser para el recuerdo ni mucho menos, invita a pensar en un futuro mejor para el menudo futbolista, que si consigue centrarse en lo futbolístico será muy importante para este equipo.
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