Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo |
Una temporada más, el Celta se sitúa a la cola en lo relativo al “Fair play”, o al menos según lo entienden los árbitros, que castigan al Celta con muchas más amarillas que a la mayoría de los equipos. Y todo ello teniendo en cuenta que el equipo de Berizzo no se caracteriza por la violencia, y que suele tener más balón que su rival, que casi siempre le supera en faltas cometidas.
Sin embargo, partido tras partido, el Celta recibe un número considerable de amonestaciones, muchas de ellas por protestar, y otras por faltas tácticas no violentas. ¿Cuáles son los motivos de que algo así suceda? Es difícil saberlo. Es cierto que el Celta defiende con intensidad para recuperar el balón, y que el esquema ofensivo del equipo obliga en muchas ocasiones a cometer faltas para evitar contragolpes, pero es frecuente entre los seguidores del club la queja sobre el criterio desigual de los colegiados.
Un buen ejemplo lo podemos encontrar en el partido de Las Palmas, o incluso ante el Valencia, donde un partido limpio desde el punto de vista disciplinario, acabó con un rosario de tarjetas para el Celta, que en el caso del partido de Gran Canaria llegó a tener influencia sobre el resultado final.
Después está el tema de las protestas, excesivas en muchos casos. Los jugadores del Celta suelen reclamar al árbitro de turno con cierta vehemencia sus decisiones, y a estos les duele mal su alma que las piernas de los futbolistas. En consecuencia, el Celta acumula en las 11 primeras jornadas un total de 35 amarillas y 2 expulsiones. Solo le superan en este aspecto dos equipos: Eibar (33 amarillas y 3 rojas) y el Málaga, que acumula 40 tarjetas amarillas y otras tres expulsiones.
En la clasificación del Fair Play vemos al Villarreal en lo más alto, con 16 amarillas y ningún expulsado, mientras que la segunda y tercera posición es para Real Madrid y Barcelona respectivamente. Los árbitros han repartido con precisión las amarillas para ambos equipos: 24 para los blancos y 25 para los azulgrana. Ninguna roja para ellos. Les siguen Granada, Atlético, Real Sociedad y Deportivo.
El aspecto disciplinario es uno de los puntos a mejorar para el equipo de Berizzo en lo que queda de Liga. Es un mal que arrastra desde hace varios años, y que se achacaba a la juventud de su plantilla, siempre formada por jóvenes, en muchos casos carentes de experiencia. Esta temporada, la plantilla del Celta vuelve a ser de las más noveles, pero el once que suele jugar cuenta ya con cierta veteranía y este aspecto debería mejorar, aunque en último caso, siempre depende del criterio del colegiado. Y ahí el margen de maniobra es menor.
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