Foto: Marta G. Brea |
En medio de un final de partido bastante frustrante debido a la superioridad atlético y la impotencia céltica, la presencia de Borja Fernández en los últimos minutos de partido supuso un oasis en el desierto que en ese momento era el Celta. El canterano, que ya jugó un buen partido en Cádiz, asumió riesgos y se animó con alguna conducción a la que no nos tenía acostumbrados en el primer equipo.
El vigués fue considerado hace un tiempo como el sustituto de Borja Oubiña en la cantera céltica. Sorprendió su participación en la Copa de Campeones juvenil de 2013, siendo el líder del centro del campo de una de las mejores generaciones de jóvenes en la cantera de A Madroa. La sorpresa, desde luego, no fue para aquellos que habían seguido al jugador desde bien pequeñito.
No tuvo la oportunidad con Luis Enrique, pero sí con Berizzo, aunque a cuentagotas. La llegada de Radoja le devolvió al filial, pero compatibilizó el primer equipo con el B durante todo el curso, en una situación similar a la que vive ahora mismo sin Augusto Fernández. Son muchas las voces que reclaman una oportunidad para el joven futbolista, incluso anteponiendo esta opción a la de fichar en el mercado de invierno.
Siempre que ha jugado con el primer equipo ha cumplido, aunque sin complicarse en exceso. Le falta dar un paso adelante para demostrar que puede ser un mediocentro capaz de guardar la posición, ser un muro en defensa, y además tener iniciativa ofensiva. Ayer la tuvo, fueron unos minutos y un par de arrancadas, un ejemplo de lo que puede llegar a dar.
0 comments:
Publicar un comentario