Top 10 argentinos del Celta: (5) Carlos Alberto Fenoy


A lo largo de los más de noventa años de historia, han vestido la camiseta del Celta más de una treintena de futbolistas argentinos, lo  que convierte a esta nación en uno de los mayores proveedores del cuadro céltico, solo superado por Brasil. Hoy queremos recordarlos y en las próximas entradas os traeremos nuestro Top 10 particular de futbolistas argentinos para que podáis opinar y recordar. Consulta aquí la lista completa. 

#5 Fenoy (1976–80) 135 partidos / 5 goles / 135 encajados

Continuamos con el Ranking de jugadores argentinos en la historia del Celta, y llegamos a uno de los casos más curiosos en la historia del Celta. No es fácil ser el máximo goleador en una temporada, y esto se convierte en una quimera cuando eres portero. Sin embargo, eso no le importó a Fenoy, que siendo guardameta fue el máximo goleador del Celta en la Temporada 1976-77. 

Por aquel entonces, e incluso ahora, el hecho de que un portero efectuase en lanzamiento de los penaltis era algo muy inusual. Fenoy no tardaría mucho en intentarlo, en la tercera jornada, disputada el 19 de septiembre de 1976, batió en Balaídos, ni mas ni menos que a Arconada, uno de los grandes porteros de la historia, por entonces portero de la Real Sociedad. El colegiado que tuvo el honor de pitar ese penalti, de apellidos dificil de olvidar, fue Acebal Pezón. Transcurría el minuto 57 de partido, y ese gol dio la victoria (1-0) segunda consecutiva tras la conseguida la semana anterior ante el Atlético de Madrid, futuro campeón de esa Liga.

Arconada no sería el único portero batido por Fenoy esa misma temporada, más tarde caerían Esteban del Elche, el mítico Carnevalli del Las Palmas, Miguel Ángel del Real Madrid y nuevamente Carnevalli del Las Palmas, esta vez en el estadio insular. A excepción hecha de ese último partido ante el Las Palmas, en las anteriores cuatro ocasiones, sus goles dieron la victoria al Celta. Un caso insólito en nuestro fútbol, aún muchos años después. Lamentablemente, ni sus goles, evitaron que el Celta tuviese que jugar la promoción de descenso, en la cual finalmente caería a los infiernos de la Segunda División.

No cabe duda de que Fenoy fue un personaje de los que caen a la tierra de cien en cien años. Dejaba el sello de su infinita personalidad en su área y en la ajena; tenía un carisma especial entre sus compañeros y entre la afición. Porque al igual que los más bellos tangos porteños, el Loco sabía conjugar pasiones tan contradictorias como el odio y el amor, el dramatismo y la gracia; la parada y el gol.

Para colmo tuvo un triste final: en la sexta jornada de la temporada 79/80 el Alavés arrancó un empate de Balaídos después de ir perdiendo 2-0, y el público soberano hasta cuando destrona a los ídolos decidió al unísono abuchear al venerado argentino de las tardes de gloria. Concluido el encuentro el arquero se retiraba despacio, ahora sí al compás de los pitos, pero alcanzando el túnel de vestuarios ofreció un soberbio corte de mangas para ajusticiar su leyenda. La complicidad y el entendimiento entre Fenoy y las gradas merecían otro adiós; pero lo cierto es que no jugó nunca más.

Posteriormente, recalaría en el Real Valladolid, donde no se prodigó en estos lanzamientos, tan inusuales para un portero.


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