¡Cómo cambian las cosas en una semana! Tal y como te expliqué, el domingo pasado acabamos decepcionados por el empate en casa ante Las Palmas (3-3) tras ir ganando por 3-1. Hubo bastantes críticas, algunos silbidos y teníamos mucha expectación por saber qué Celta íbamos a ver en el Pizjuán ante un grandísimo rival: el Sevilla. Estábamos terceros en la tabla con siete puntos de nueve posibles, pero nos hacía falta un partidazo (a poder ser contra 11) que calmase los ánimos. ¿Y qué pasó? Pues que hicimos un P-A-R-T-I-D-A-Z-O. ¡Ganamos 1-2!
Sólo hubo un cambio en el once con respecto a la anterior jornada. Entró Sergi Gómez por Fontás, que necesitaba un poco de descanso. Estuvo inmenso como central, al igual que el resto del equipo y también Berizzo gestionando la situación desde el banquillo. La primera parte fue un recital celeste. Nos los comimos, Papi. Entrábamos por la derecha, por la izquierda, por el centro… Tocábamos muy rápido, combinábamos de maravilla e hicimos dos goles, pero pudimos hacer más. Nolito firmó el 0-1 con un disparo raso ajustado al palo tras su clásica internada desde la izquierda, perfilándose hacia el centro. Otro derechazo, ahora de Wass, hizo el 0-2 tras un buen cambio de juego de Nolito y la cesión de Hugo Mallo, tan brillante que casi marcó antes desde su casa.
El Celta salió a morder desde el principio, con una intensidad sobresaliente, presionando y recuperando con facilidad. Una maravilla, Papi. Te brillarían los ojos viendo semejante espectáculo. El Sevilla, que había jugado Champions entre semana, corría detrás de la pelota sin saber cómo cambiar la situación. Hasta Emery tuvo que realizar su primer cambio, metiendo a Krohn-Dehli (es un delito que no sea titular) por Vitolo. Apenas nos llegaron dos veces hasta el descanso.
El Sevilla sólo llevaba dos puntos en Liga, necesitaba ganar y estaba claro que iba a apretar tras el descanso. Sergio empezó a lucirse y en un fallo de marca Llorente cabeceó a la red el centro desde la derecha de Mariano (1-2). Se lesionó Cabral, Fontás ocupó su lugar y Berizzo acertó sustituyendo a Pablo Hernández por Radoja para darle más equilibrio defensivo al Celta. El palo de Krohn-Dehli fue un gran susto, pero los nuestros siguieron peleando y comenzaron a generar contras peligrosísimas. Pudieron sentenciar perfectamente. Guidetti, que relevó a un excesivamente revolucionado Iago Aspas, estuvo muy fino. Supo leer el partido en sus acciones. El Sevilla empujó, pero sin demasiadas ideas y con un Celta ya seguro atrás. La única noticia negativa es que Jaime Latre (el árbitro) expulsó a Jonny por una segunda amarilla que no fue tal. Por lo tanto y salvo milagro, se va a perder la visita del Barcelona a Balaídos.
Imagino el orgullo que debes sentir al saber que nuestro Celta está ahí arriba (cuarto con 10 puntos), dando recitales de fútbol allá donde va y dejándose el alma en el campo. No podemos perder el norte tras la gesta del Pizjuán, pero nadie puede quitarnos la alegría del triunfo y de haberlo hecho así. Papi, ha sido muy emocionante. Ha sido la mejor manera de ganar.
@marcosblancoh
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