Los otros hijos pródigos: (IV) Jonathan Pereira


La llegada de Iago Aspas supone un triunfo personal de Carlos Mouriño, que siempre ha querido “repatriar” a aquellos jugadores que hubo que vender por las circunstancias económicas que rodeaban al club. Su intención es la de traerlos de vuelta a todos, pero no resulta nada fácil. Hoy recordaremos a esos jugadores, y las opciones que tienen de llegar en el futuro. 

Un habitual en la rumorología cada vez que se abre el mercado de fichajes, aunque todo apunta a que el momento de Jonathan Pereira ha pasado a la historia. Con 28 años, su camino nunca se ha cruzado con el del Celta. Una de las joyas de la cantera viguesa, de su paso por el Celta solo queda esta foto junto a Iago Aspas, pero jugó en Cabral y posteriormente en Villarreal, a donde se marchó muy joven. 

Su fichaje fue una auténtica obsesión para el Celta, y concretamente para Mouriño durante muchos años. Hubo momentos en los que el jugador estaba por encima del Celta, otros en los que estaban parejos, y actualmente parece no tener sitio en la estructura del conjunto céltico. Su celtismo, a pesar de alguna declaración desafortunada está fuera de toda duda. 


Tiene un gato llamado Celta, acude siempre que puede a ver al equipo, si éste juega cerca de la localidad en la que reside, y durante sus periodos de lesión es un habitual del Estadio Municipal de Balaídos. Durante muchos años se habló de su fichaje por el Celta, pero nunca se concretó. Hace cuatro años fue cuando estuvo realmente más cerca, incluso un año después, siendo suplente entonces en el Betis. Pero no hubo acuerdo. 

La indecisión del Celta, a juicio del jugador, le llevó a poner en Twitter aquella famosa sentencia: “Ou se aposta ou non se aposta”. Pero finalmente no se apostó. Pasó su tren. Volvió al Villarreal, y ahora ha estado cedido en el Rayo Vallecano, y desde enero en el Real Valladolid, en Segunda División. Su momento parece haber pasado, y la obsesión de Mouriño también. 

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