Foto: Mutsuaki Kawamori |
Rubén Blanco está viviendo un año de aprendizaje en el Celta. Su condición de meta suplente le obliga a ver demasiados partidos desde el banquillo, lo que puede frenar un tanto su progresión. El gran momento de Sergio Álvarez impide que disponga de más minutos que aquellos que ha tenido en Copa del Rey, y tal vez si la temporada termina tranquila es posible que disponga de algunos partidos en los últimos compases de la Liga.
Pero mientras tanto, el de Mos sigue evolucionando como futbolista. Esta semana ha podido debutar con la selección Sub-21, el penúltimo peldaño en la escalera hacia la selección absoluta, que todavía ve muy lejana el canterano céltico. Rubén Blanco fue titular ante Bielorrusia, un partido que terminó con victoria de la Sub-21 por cuatro a cero. Jonny también fue titular.
En una entrevista que publicó ayer La Voz de Galicia, el guardameta céltico reconoce la importancia de su debut con la Sub-21: “Es como subir del filial al primer equipo. Se nota en el ritmo, en la velocidad del juego, y demás, pero por suerte, al llevar varios años entrenando con el primer equipo del Celta, es cambio es menos agresivo”, comentó.
Con respecto a su suplencia, Rubén Blanco no comparte la idea de que se corte su progesión por no jugar habitualmente: “No lo comparto. Creo que con todo el trabajo y todos los entrenos soy mejor portero que el año pasado. Este año es diferente porque estaba acostumbrado a jugar, pero estoy muy contento, trabajando y aprendiendo con Sergio”, destacó.
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