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| Foto: Ricardo Grobas |
El Celta mide esta noche su recuperación frente a una Real Sociedad que sigue sin encontrar su mejor estado de forma. El cuadro vasco ha fallado en su estadio, ante rivales teóricamente inferiores, aunque ha derrotado a todos los grandes que han pasado por Anoeta, que hoy presentará un aspecto complicado tras las nevadas producidas en los últimos días. Se espera una noche muy fría, un césped duro, y un partido de esos que pueden ser recordados para bien o para mal.
El “Toto” cocinó la pasada semana una pequeña revolución que resultó en la primera prueba. Augusto Fernández como pivote defensivo, con Krohn-Dehli de escudero y Orellana en la media punta. El chileno no podrá estar esta noche, así que Berizzo tendrá que improvisar un sustituto. Pablo Hernández y Nolito serán los grandes candidatos. Si el elegido es el andaluz, Santi Mina actuará por banda derecha, donde se ha ganado un puesto por su gran rendimiento en los últimos encuentros, y entrará Bongonda en la siniestra. El puesto de delantero es otra de las dudas de Berizzo, aunque probablemente se decante por mantener a Larrivey, a pesar de que el argentino no estuvo acertado de cara a puerta en el último encuentro.
En la defensa regresa Jonny, que siempre es bien recibido, y Cabral se recuperó a tiempo para estar en este partido. Berizzo deslizó ayer la opción de que Sergi Gómez actúe en el lateral derecho. Eso desplazaría a Jonny a la izquierda y relegaría a Planas al banquillo. El futbolista catalán no atraviesa su mejor momento, así que no sería extraño que arrancase el partido desde el banquillo, aunque la ausencia de Hugo Mallo le da opciones.
El resto del equipo será muy parecido al que jugó ante el Córdoba, y en los últimos encuentros, aunque con una disposición muy distinta. Berizzo está obsesionado con frenar a los atacantes realistas, unos de los más peligrosos de la Liga, incluso con la sensible baja de Carlos Vela, que el año pasado anotó cuatro goles en el partido de Anoeta frente al Celta. Sin duda será una baja importante, pero el cuadro Txuri-Urdin tiene recursos de sobra para hacer daño a los vigueses.
Más allá de aspectos técnicos, el choque tendrá muchos condicionantes emotivos. Para ambos equipos la temporada acabó siendo decepcionante por las aspiraciones de los realistas en el inicio, y por el arranque ilusionante del Celta, por encima de sus posibilidades, que ha hecho que lleguen a este mes de enero con muchas dudas. Berizzo salvó su cuello con la victoria ante el Córdoba, y no parece que una derrota en Anoeta lo haga peligrar, pero dada la entidad de los siguientes rivales, podría volver a poner en la picota al técnico argentino. Así pues, será un partido que marcará tendencias. Una victoria haría volar al Celta hasta posiciones muy tranquilas en la clasificación. Ese, y no otro, es el objetivo.
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