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| Foto: Atlántico Diario |
El Celta B ha buscado refuerzos en el mercado invernal para garantizar la permanencia y vivir un final de temporada tranquilo, sin los agobios de las últimas temporadas. El club se marcó a comienzos de temporada la lucha por el ascenso como principal objetivo, pero los resultados han ido dejando patente la dificultad de la empresa. Aún queda tiempo, pero lo primero es garantizar la continuidad en la categoría, y luego, en función de los resultados, aspirar a cotas mayores.
Para lograr este objetivo llegaron varios jugadores. Uno de los que más llamó la atención fue el catalán Josep Señé, que tras pasar por la cantera del Real Madrid, fichó por el Real Oviedo hace tres temporadas. En el Nuevo Tartiere disputó bastantes partidos, que le aportaron experiencia, y a sus 23 años llega a Vigo con la mayor de las ambiciones: Trifunar en el filial y tener una oportunidad en el primer equipo.
De momento, las primeras sensaciones vienen a confirmar que se trata de un fichaje acertado. Aún queda mucho camino por delante, pero el centrocampista catalán le ha dado un aire nuevo a la medular céltica. Fue titular en Astorga, en un partido complicado, en el que nadie se lució, con un terreno impracticable. Siete días después, comandó las operaciones del filial en la goleada ante el Zamora, e incluso inauguró su casillero goleador, confirmando que es un futbolista con cierta facilidad para el gol.
Javi López lo ha incluido en sus esquemas, prácticamente desde el mismo momento en el que pisó A Madroa, y sin duda será una de las aportaciones más interesantes que ha dejado el mercado invernal a este Celta B que, poco a poco, se va alejando de las posiciones de peligro.
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