“Suena Míchel”. Esa famosa frase que se repite de forma irónica cada vez que un entrenador es despedido. Cada vez que la cabeza de un entrenador pende sobre una pica, Twitter se inunda con esa frase que acaba convirtiénsdose en trending topic, dependiendo de la cantidad de seguidores que tenga su equipo. Algo tuvo que suceder en los albores de Twitter para que esta frase se haya convertido en todo un clásico, pero el caso es que así estamos, con los aficionados mirando con cierto recelo los tweets, hasta que alguien les aclara que no es más que una tradición, una broma conjunta que ha sobrevivido a los años.
El problema llega cuando alguien advierte a los que se ríen alegremente de esta situación: “Que no, que es serio, que suena de verdad”. Ahí la cosa se pone seria, porque si suena es porque igual, aunque solo sea un rumor de esos absurdos que de cuando en vez surgen, es posible que Míchel no solo suene, sino que acabe sentado en el banquillo de tu equipo, al lado de tus suplentes.
Eso es lo que habrán pensado algunos seguidores del Celta cuando, en plena escalada violenta contra Berizzo alguien dijo: “Eh, suena Míchel”. “¿Cómo que suena Míchel?”. Pues suena porque está en el mercado, porque es uno de los habituales, porque su representante se mueve bien y está atento a cualquier movimiento, y porque en cualquier momento tendrá que volver a entrenar. Y a lo mejor ha decidido que quiere hacerlo con tu equipo. Y entonces tú solo quieres despertarse de este mal sueño, o que al menos tú equipo le gane al Córdoba.
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